"❀|| [CAPÍTULO IV]

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— ¿Por qué cojones hay una escopeta en tu casa? —

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— ¿Por qué cojones hay una escopeta en tu casa? —. Pregunto el albino quitándole el arma al niño.
Mirando asustado como Reborn hacia pucheros, amenazando con llorar al ver cómo le quitaban su "juguete".

— Lo usa Reborn para ir a cazar animales —. Explicó el bicolor entrando a la sala con un pequeño Auron en brazo, el cual trataba con todas sus fuerzas que lo bajara.

La joven pareja se sentó en el sillón, soltando un largo y profundo suspiró, tratado de calmarse y asimilar todo lo que había sucedido esa mañana.
Dejando a los dos niños en medio, quienes al verse cerca no dudaron en jugar con el otro.

Karchez miraba aquella tierna escena, Reborn tocaba las regordetas mejillas de Auron mientras esté sonreía o el castaño jugaba con los deditos del otro alfa.

— ¿Tu crees que recuerden algo? — pregunto sin apartar su mirada de los dos críos.

— No creo —. Murmuró el Omega mirando también a los dos niños, no se comportaban cómo dos adultos.
Parecían dos pequeños gatos curiosos, que jugaban entre ellos.

Una pequeña y tierna sonrisa se asomó en los labios del bicolor, era adorable pensar que aunque sus padres no recordarán nada, se sentían cómodos con la precencia del otro.

— Espero que no, porque si fuera así Reborn me haría la vida imposible —. Resoplo el joven Alfa, recordando todas las veces en las que tuvo choques con el padre de su pareja.

Axo soltó una pequeña risa, apoyando su cabeza en el respaldo del sillón, entretenido de ver a sus dos padres tranquilos jugando.

— ¿Y que vamos hacer? —. El Omega volteó a ver al albino atento —. No podemos dejarlos así, los demás sospecharían en seguida...

— Cierto, sobre todo porque Auron es el líder del pueblo —. Murmuró mirando el techo —. ¡El líder del pueblo! —. Repitió tomándose el cabello.

— No creo que sepas cómo dirigir un pueblo ¿O si? —. Hizo una mueca el alfa nervioso.

— Obvio no, además soy joven coño, hay que solucionar esto —. Miro a su alrededor, levantándose de golpe del sillón, provocando que los dos niños se sobresaltara del susto.

— ¿A dónde vas? — lo siguió Karchez con la mirada.

— Seguramente mis padres habrán guardado algunas cosas de cuando éramos cachorros, iré a buscarlas para ir con Juan —. Dijo caminando hacia la planta baja, la zona d ellos cofres.

— ¿Con Juan? ¿Estás seguro? —. Alzo una ceja el alfa.

— Es el único que conozco que tiene cierta cercanía a la magia —. Se encogió de hombros, esbozando una mueca de angustia —. Es la única opción que conozco y creo que el único que podría ayudarlos, los quiero de vuelta.

Murmuró viendo a sus pequeños padres.

— Está bien, yo los cuido mientras tú buscas —. El Omega asíntio, dejando al albino solo junto a los niños.

Karchez suspiro, pasando su mano por el respaldo del sillón, mirando a los dos cachorros.
Una sonrisa se dibujo en su rostro al ver tiernos y inocentes gestos entre ellos, tal vez entre ellos no se recordarán pero algo hacia que se sintieran tranquilos al lado del otro.

Estaba seguro que Auron y Reborn eran destinado, no había otra explicación.

— ¿Uh? — emitió al ver al pequeño alfa acercarse mucho al castaño, como si quisiera darle un abrazo.

Tomo a Reborn entre sus manos separandolo de Auron.

— ¿Que haces?, Reborn que Auron está muy chikito, no hagas eso —. "Regaño" viendo al niño directamente a los ojos, recibiendo una cara de disgusto por parte del alfa.

Sonrió burlón disfrutando aquello, como si fuera una venganza de todas esas veces en las que el mayor le prohibió acercarse a Axozer.

Un bajo sonido sonó en la sala, dejando todo en silencio, el albino voteo hacia el Omega castaño quien miraba curioso su pancita.
Tenía hambre.

Alzo la vista hacia Karchez haciendo una señal en su boca.

— Ambe' —.

El joven Alfa reprimió una sonrisa y un chillido al ver eso, inhaló y exhaló, debía controlarse.

Pero Auron al ver que no le hacía caso, empezó hacer pucheros y sus ojitos se cristalizaron.

— ¡No, no, no llores! —. Se levantó del sillón alarmado, aún con Reborn en los brazos.

El castaño lo ignoró, lágrimas salían de sus ojitos deslizandose por sus mejillas, poniendo de nervios al albino.
En eso, Reborn empezó a soltar sollozos al ver al Omega llorando.

— ¡Pero tú no le sigas la corriente! —. Exclamó al ver al castaño oscuro seguirle el llanto al moreno, como si quisiera apoyarlo.

Tomo con su otro brazo a Auron, caminado hacia la cocina y tratar de idear un plan para poder cocinar algo.
Tal vez le salga bien, o tal vez no.

Tal vez le salga bien, o tal vez no

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𝐶𝑢𝑖𝑑𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑚𝑖𝑠 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒𝑠 「𝙺𝚊𝚛𝚣𝚎𝚛 & 𝚁𝚎𝚋𝚘𝚛𝚗𝙿𝚕𝚊𝚢 」T2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora