➳❬❀❭❝ Karchez y Axozer son dos jóvenes adolescentes enamorados, los cuales tienen que sufrir lo sobreprotectores que son los padres del bicolor. De repente, un día para otro los papeles se invirtieron❞
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- Por favor -. Murmuraban rápidamente, repitiendo la misma frase, juntando sus palmas de sus manos. Como si estuviera rezando, sus rodillas casi tocaban el suelo, cerrando sus ojos con fuerza evitando la mirada de su padre Omega.
- No hagas eso, levántate -. Resopló cansado, desvió la mirada fastidiado, quería terminar de hacer de comer para poder volver a sus tareas en el pueblo y su estómago exigía a toda costa algo de alimento. Pero su ahora-ya-no-cachorro lo había interceptado en media acción.
- ¡Te juro que si me dejas ir lavarme los platos está semana! -. Grito con esperanza alzando el rostro, en sus ojos se asomaban pequeñas lágrimas.
Queriendo utilizarlas para manipular al mayor, y que así cediera.
Chisto, miro el techo pidiéndole paciencia a Heberon. ¿Cuánto había pasado ya?, Esa pregunta paso por su mente, lo que antes había sido una casa solitaria había pasado a una dónde tres personas más la habitaban. Dos pequeños cachorros corriendo y haciendo travesuras, mientras que su alfa los correteaba.
Todavía podía escuchar las risas que resonaban por la casa, dejo escapar un pesado y largo suspiró, bajando su mirada encontrándose con la de su cachorro. Tan cambiado, ahora sus fracciones eran un poco más maduras y era más grande.
- ¿Con quién irás? -. Pregunto separandose del agarré, llevando una de sus manos hacia su cabellera castaña.
Al oír aquello fue como una pequeña señal de que su padre Omega accedería, sonrió en grande siguiendo al castaño.
- Con Karchez, solo iremos a explorar -. Musito tratando de que no se mal entendiera, jugando con sus dedos nervioso.
Había quedado con su pareja en ir a explorar ciertos lugares fuera de los pueblos, esa idea le había encantado, al ser joven le gustaba experimentar y someterse a grandes riesgos. Pero solo tenían un problema para que eso ocurriera.
Los padres del bicolor.
Era bien sabido ya por los tres pueblos la relación entre Auron y Reborn, padres de dos hijos, ninguno biológico pero aún así eso no afectaba en la hermosa imagen familiar que transmitían. Era sorprendente que ambos, Omega y alfa solitarios encontrarán un hogar en el otro.
Pero eso dificultaba más cosas, después de todo no eran cualquier Omega y alfa. Auron, el Omega líder del pueblo 1, su sola precencia transmitía misterio, pues corría el rumor que él tenía contacto directo con los dioses que los protegían. Además de su desconocido pasado y su sólida experiencia en la supervivencia.
Reborn, no se sabía mucho de ese alfa, un día de repente se presentó en un nuevo bioma que habían estado investigando. Pero a leguas se notaba la dominancia en ese hombre de grave voz que ponía de nervios a más de uno y su prominente silueta.
Así que, cualquiera que quisiera acercarse a esa familia la tenía difícil.
Por ejemplo, el ahora-ya-no pequeño Imantado, tenía 18 años, le ganaba por dos años a Axozer. Su hermano mayor ya tenía pareja y aún así cuando lo traía a la casa sus padres se encargaban de atormentarlo.
