CAPITULO 20 (FINAL)

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Algunas cosas a veces simplemente, no pueden cambiar. Soo Bin volvió a rodar los ojos, esto estaba llegando por fin a los límites de su paciencia, y él mismo sabía que seguir soportando a todos esos alfas de pacotilla, solamente causaría que quisiera patearlos a todos en donde más les dolía, muchos se rinden a la primera, pero este alfa, este que ahora mismo se encontraba frente al mostrador, frunciendo sus asquerosos labios indicándole que le diera un beso, parecía no rendirse jamás.

—¿Va a pagar o no? —mascullo Soo Bin entre dientes, los dedos de sus manos estaban contra sus palmas, formando de ese modo puños, Soo Bin estaba a pocos segundos de querer lanzarse hacia el alfa para poder partirle la boca con sus propias manos, pero debía comportarse, clientes son clientes, su padre se lo dice, pero claro había algunos que lograban ganarse un buen golpe.

—¡Oh, vamos, pequeño Soo Bin! —Soo Bin apretó los dientes con fuerza—. Deja de ponerte difícil, entre tú y yo sabemos perfectamente que no podrás tener otro alfa como yo que te haga caso.

—Me importa poco tener o no alfa —dijo Soo Bin, su ceño permanecía levemente fruncido, quería gritarle que se largará de una vez por todas, pero no debía hacerlo, no por ahora, si ese alfa decidía sobrepasar sus límites, entonces sí lo atacaría.

Aquel alfa con una sonrisa arrogante y una espantosa risa corta volvió a recargar sus brazos cruzados sobre el mostrador, el aroma de ese alfa era tan desagradable que lo único que quería Soo Bin era sacar a ese alfa apestoso de su vista.

—Bueno, no creo que te deba importar poco —el alfa volvió a sonreír ladino y elevar un par de veces sus cejas, Soo Bin rodo los ojos—, deja de mostrarte tan indiferente ante mí, sé que te atraigo.

Soo Bin elevo una ceja al escuchar eso, ¿acaso estaba bromeando?

—Que gracioso —dijo Soo Bin—, ahora, ¿vas a terminar de comprar? No tengo todo el día para estarte soportando.

—Pero yo si tengo todo el día, bonito.

El omega volvió a rodar los ojos, no le quedaba más remedio, tendría que sacar a ese alfa a la fuerza, soltó un largo resoplido, ese alfa había sobrepasado sus límites de paciencia con sólo haber entrado a la panadería, Soo Bin sabe distinguir perfectamente quienes vienen simplemente a comprar y quienes solamente quieren joderle su jornada laboral, y aquel alfa era uno de los que quería arruinarle el día, pero claro, Soo Bin sabe cómo deshacerse perfectamente de esos imbéciles.

—Voy a contar hasta tres, y si no has salido de la panadería, me encargaré de ti —el omega sonrió con amabilidad.

—¿De verdad? Y ¿cómo piensas encargarte de mí, pequeño omega?

—Oh, ya lo verás —carraspeo la garganta—, uno... —el alfa se sentía satisfecho, seguramente el omega le daría lo que tanto esperaba un beso, ¡sería la envidia de todos los alfas del lugar! Lo sabe perfectamente, y esperaba que así fuera, aunque por supuesto Soo Bin tenía otros planes—, dos... —el omega no dudo en buscar debajo del mostrador, el alfa miraba atento las acciones del omega, mantenía una sonrisa triunfal, pero cuando miro lo que el omega había sacado de debajo del mostrador, dejo de sonreír—, tres... tiempo perdido.

—¿P-por qué tienes una pistola? —el alfa miro como el omega sin mucho cuidado tomaba aquella arma de fuego y rodaba los ojos para después apuntarle.

—No me gustan los alfas tan persistentes, acosadores y asquerosos como tú —menciono Soo Bin—, ahora, creo que sé cómo podemos bajar la intensidad de tus hormonas —el alfa se alejó del mostrador—, bien, espero tu vida sin hombría sea duradera.

—¡E-espera, espera! —el alfa se asustó aún más cuando supo perfectamente que las intenciones del omega eran dispararle justo en su pene—. P-prometo ya no venir más, l-lo juro.

REBELDÍA PARA UN JEFE - YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora