014. Infierno

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Después de BaekHyun, la vida de ChanYeol se había convertido en una nebulosa oscura y confusa.

Él no miente cuando dice que se la pasa la mitad del día inconsciente. Si le preguntas, no recuerda casi nada de lo que ha hecho los días anteriores.

El resumen que le dio a JunMyeon fue: alcohol, cigarros, siestas extremadamente largas y más alcohol y más cigarros. Su mejor amigo lo regañó, y ChanYeol lo mandó a la mierda.

Después de decidir que era un pésimo amigo y que él no estuvo cuando JunMyeon pasó por un mal momento, fue cuando se dio cuenta de que no podía seguir de esa manera o terminaría por marchitarse.

Y eso no lo suena mal, la verdad. Marchitarse, dejar de existir, y ya no intentar buscar una razón para su mera existencia.

Él había dejado atrás ese mal hábito de fumar más que respirar cuando BaekHyun se lo había pedido pero, ahora que él no estaba más ¿Qué sentido tenía? ¿qué sentido tenía toda su miserable existencia? Así que, como una venganza tonta y silenciosa que hizo sentir a su corazón un poco menos miserable, él se fumó todas las cajetillas que antes no pudo por preferir estar besando los labios de BaekHyun. Aunque, sinceramente él preferiría mil veces las otras maneras de usar la boca antes que usarla para aspirar el humo tóxico del cigarro.

Después de ChanYeol, BaekHyun se había enamorado del invierno de ChanYeol. Y sin darse cuenta, tuvo que alejarse porque se estaba congelando.

Y si te lo preguntas, él no ha dejado de extrañarlo, se había quedado atascado en esa estación esperando que él volviese y le quitase el frío que le envolvía cada noche.

Y cuando por fin el invierno de BaekHyun había comenzando a desaparecer después de mucho tiempo, él había vuelto a poner su mundo de cabeza como es costumbre. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando escuchó su puerta ser tocada, como un aviso de que algo malo estaba a punto de suceder.

Y ahí estaba él, opacando el atardecer, siendo más arte que persona. Su perfecta silueta que muchas veces estuvo a la luz de su balcón ahora le parecía tan ajena.

Llevaba un cigarro casi acabado entre sus dedos que lucía más frágil que él. Siempre siendo tan adictivo y destructivo como un cigarro.

Nada había cambiado realmente, solo el tacto de ChanYeol sobre su piel que había comenzado a desaparecer.

—Sigo extrañándote, no puedo estar sin ti.

Sentir sus manos en su cintura y sus labios en su cuello, sus besos que sabían a cigarro, a ceniza, a muerte, realmente se sentía como un alivio, como si eso fuese lo único que era correcto.

Esa noche, después de que se enredaran en el cuerpo del otro, pasaron la noche en vela acurrucados, algunas veces solo mirándose a los ojos y otras veces BaekHyun fingía dormir mientras ChanYeol jugaba con su cabello.

Había vuelto a caer, pero en defensa de BaekHyun, el calor del infierno de ChanYeol era perfecto para sus demonios.

BaekHyun lo mira, ChanYeol sostiene vagamente un cigarro en la mano mientras observa pasmado la ventana. Afuera, el viento se agita molesto y teme por un mili segundo que arrase con todo a su paso. Expulsa el humo de su boca tranquilamente, despreocupado como siempre y le fascina lo bonito que se ve cuando fuma, aunque él odia que lo haga. Siempre es la misma rutina, no importa cuánto él le ruegue para que deje de fumar, él solo anhela que el humo se disperse más rápido para llevarse su agonía lejos.

Y BaekHyun ya no tiene idea de que es más triste, si el gris que desprenden sus labios o lo sombrío de su relación.

Heal | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora