Dαrk Lαn Zhαn/ Dαrk Unión [Fem WαngXiαn]

DÍA 1: Llevarlo de vuelta, esconderlo

La risa de las damas resonaban en la habitación. Wei Wuxian giró frente al espejo mientras Luo Qing Yang daba los últimos retoques. La familia Jiang se encontraba festejando a lo grande la unión que tendrían con los Jin.

Que mejor que unir a su hermosa hija adoptada con Jin Zixun para asegurar un futuro abundante en fortuna. Jiang YanLi acomodó los mechones ondeantes de Wei Wuxian cubriendo unos centímetros de su escote y sonrió al verla.

—A-Xian, si no te sientes segura, no necesitas hacer est-

—Jie Jie, todo está bien. No conozco a mi futuro esposo aún, pero tendremos una vida para eso.— La joven novia intentaba mantener eso en la cabeza para motivarse. ¿No podría ser tan malo, verdad?

Con un suspiro recibió el ramo de peonias extravagantes y bajó de la base donde se encontraba para caminar fuera de la habitación. Ella decidió aceptar la propuesta en aquella reunión, por el bien de su familia. No había marcha atrás.

Jiang YanLi no se sentía nada convencida, pero como buena hermana que era acompañó a la menor, sujetando la larga cola del vestido para no tropezar en el camino. Una ama de llaves se acercó reverenciando y ofreció a Wei Wuxian una copa de Sonrisa del Emperador, su vino favorito.

Era justo lo que necesitaba en ese momento. Jiang Cheng solo optó por gruñir en desaprobación y caminar fuera de la casa. Wei Wuxian por su parte, bebió más de una copa, mientras menos consciente esté, más rápido pasaría ese caos.

Sus mejillas se cubrieron de un tono rosa y Jiang YanLi solamente comenzó a reír bajo escoltando a su preciosa hermana. A las afueras de la lujosa residencia, la limusina esperaba estacionada. El transporte era justo al nivel de los Jin, cubierta por extravagancia.

Las ventanas cubiertas por lunas polarizadas y cada centímetro del auto brillaba sofisticadamente. Más que de acuerdo a la ocasión, Madame Jin había realizado un excelente trabajo. Tanto ella como Madam Yu.

Con cuidado acomodaron en el auto a Wei Wuxian quien reía por ver a su hermano a punto de estallar en llanto. Desde el comienzo él se negó rotundamente que ella se uniera en matrimonio con el mujeriego de Zixun, no obstante, Madam Yu se encargó de callarlo todas las veces.

— A-Cheng,A-Cheng no te preocupes, no me iré para siempre. Es solo una boda, podremos vernos como siempre.—Mueve su mano en señal de restarle importancia.

—¡¿Quién dijo que se preocupa por ti?! De la forma que eres, te devolverán pronto.—

YanLi cubrió sus labios para reír discretamente, pasó su brazo libre por el de su hermano menor despidiendo a su hermana. Iba a sentir falta de esos momentos. La limusina pasearía a la novia por un tiempo mientras ellos llegaban al evento.

El auto comienza a avanzar y Wei Wuxian deja el ramo a un costado del gran mar de tela de primera calidad. Sus dedos se mantienen inquietos observando el lugar. Quien conocía a la pequeña y traviesa Wei Ying, tenía conocimiento de la dificultad que poseía para mantenerse quieta.

Seguramente era los nervios por la ceremonia que se aproximaba. No estaba preparada. Sin embargo, sus ojos lentamente se iban cerrando, tambaleante por el movimiento del auto. Una mirada intensa y oscura, admiraba por el retrovisor como la joven novia caía rendida ante el sueño.

Unos metros más y la ciudad fue dejada atrás. La limusina se detuvo y con cuidado la persona que manejaba se retiró la máscara lanzándola en una bolsa plástica negra guardada en la guantera. Los orbes dorados como oro fundido se revelaban con mejor visión.

Soltó su cabello y la cortina oscura cayó por su espalda. Una sonrisa satisfecha apareció al ver el cuerpo de una adormecida Wei Wuxian.—Mi amada Wei Ying, nos volvemos a encontrar.

La puerta del asiento trasero se abrió con cuidado y Lan Zhan se hincó a la altura del rostro ajeno. Los dedos de la mayor acariciaban la ruborizada mejilla de Wei Wuxian, quien dormía plenamente. La bebida había hecho efecto justo en el momento adecuado.

De inmediato, la conversación con su hermano retumbó en su cabeza.

"Gege, deseo llevar a Wei Wuxian lejos de ahí. Llevarla y esconderla".

"¿Qué te impide A-Zhan?"

"Ella... no está dispuesta"

"Si lo deseas, no hay nada que te lo impida."

Y así era. Nadie deseaba más a Wei Wuxian que Lan WangJi. Nadie la amaba tanto como ella, por lo que sin piedad comenzó a rasgar las telas de aquel repugnante vestido. Jin ZiXun jamás tendría ese privilegio. Wei Wuxian sería su esposa, su amada y vivirían juntas para siempre.

Nada ni nadie podría cambiar eso. Con una sonrisa se retiró el abrigo largo azabache y retirando lo que restaba de la anterior prenda, la envolvió con la nueva y la alzó sin esfuerzo. El cuerpo de la menor se aferró con una sonrisa aún sumida en el sueño profundo.

Una docena de autos se estacionó cerca de ella luego de dar unos pasos, Lan XiChen bajó de uno de ellos y asintió. Era la señal.

BiChen abrió la puerta del Audi negro esperando pacientemente a que la segunda heredera entrara.

— Me encargaré de todo A-Zhan.

—Mn. Gracias Gege.

El menudo cuerpo de Wei Wuxian se acomodó con cuidado y continuo durmiendo. Tendrían tiempo suficiente hasta llegar a su destino.

— HanGuang-Jun.

— Al aeropuerto.

— A sus órdenes.

Sin más sonrió para sí misma, imaginándose la reacción de los Jiang.

Antes de todo les había preparado una sorpresa con sus propias manos la noche anterior en aquel club nocturno donde Jin ZiXun celebró con varias mujeres a su antojo. Una boda no podría realizarse sin la principal pieza que era la novia, pero también si el novio no aparecía.

No aparecía con vida. Jin ZiXun podría querer intentarlo en todas las vidas, poseer a Wei Wuxian, pero en ninguna la conseguiría, porque Lan WangJi se encargaría de mostrarle que ella era completamente suya. En esta vida, por supuesto, Lan WangJi ya había demostrado eso.

Luego de como hundió aquella arma blanca una y otra vez contra el estómago del Jin mientras recitaba un sin fin de palabras que si Lan Qiren oyera podría sufrir un infarto. Ahora solo se preocuparía únicamente por su boda y luna de miel junto a Wei Ying. Su Wei Ying.