El llanto de hoy es la fuerza de mañana.

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Según yo lo voy a dejar con un capítulo, máximo dos ya no quiero empezar algo grande aún, estoy haciendo unas cositas por otra parte para mi escuela y todo eso.

Por cierto...también me dio un episodio de ya saben que...así que vamos a empezar con algo triste para que logre sacar todos esos pensamientos negativos, pero no se preocupen, las cosas no van a ser 100% angst, también hay fluff.

Por cierto, no me hagan mucho caso con la edad de Wifi, pero según la Wiki murió cuando tenía veintiuno y de ahí medio me base con todo esto.

Con eso en mente sigamos con la historia.

Recuerden, derechos al autore de la imágen para la portada <3.

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La batalla había sido difícil, habían más soldados Wen de los que se esperaban y casi habían sido rodeados, pero gracias a Wei Ying fue que pudieron darle la vuelta a la situación. Pero él no se sentía contento con eso. Ya había pasado casi un año desde que Wei Ying había aparecido de la nada, controlando la energía resentida y un ejército de muertos.

Cada día que pasaba se podía ver más cansado, más delgado y menos vivo, como si se estuviera consumiendo de adentro hacía fuera. Lo veía salir de su tienda casi todas las noches para que después apareciera a la hora en la que él se despertaba, delatando que no había dormido nada en realidad. Si bien sabía que el horario de sueño de Wei Ying era bastante irregular por lo menos esperaba que durmiera hasta tarde para recuperarse, pero las ojeras negras y pesadas decían más que él.

Lan Wangji había intentado darle más cobijas creyendo que era el frío lo que alejaba sus sueños, pero esas mismas cobijas aparecían fuera de su tienda casi todas las mañanas. Intento tés para ayudarlo a descansar, pero nunca fueron recibidas las tazas. Incluso hubo noches donde iba a su tienda con Wangji en manos para ofrecerle una canción de calma, pero solo era respondido con ceños fruncidos y palabras hirientes.

Pero, por mucho que lo intentaba, jamás pudo decirle lo que sentía, expresarle su intención de ayudarlo en lo que pudiera y traerle paz, incluso estaba dispuesto a tocarle Claridad todos los días por horas si así podía ayudarlo a despejar su mente de la energía, pero siempre se trataba con su lengua o decía las palabras equivocadas, incluso cuando practicaba lo que iba a decir antes de buscar a Wei Ying no podía ni empezar, ver los ojos grises apagados y su rostro cansado apretujaba su corazón y lo único que salía de él era "vuelve a Gusu conmigo."

Por no decir que Jiang Wanyin tampoco ayudaba al caso, si no estaba regañando a Wei Ying por cualquier cosa, lo estaba explotando en el campo para que tomara la la mitad, si no es que más, de cultivadores Wen para que sus propias tropas no sufrieran pérdidas significativas.

Pero esa última batalla había tomado más de Wei Ying de lo que había visto hasta el momento. Si no hubiera estado a menos de dos metros Wei Wuxian habría caído por un risco cuando su cuerpo no pudo más y terminó apagándose.

Es por eso que no se había separado de donde reposaba Wei Ying, tanto para ayudarle cuando despertara como para evitar que Jiang Wanyin apareciera a regañarlo por haberlos dejado en un momento crítico.

Se supone que debería de estar en un reunión junto con su hermano para determinar el siguiente movimiento pues cada vez estaban más cerca de Ciudad sin Noche y esa batalla determinaría todo, pero Lan Xichen sabía que sería imposible sacar a Lan Wangji de su tienda con Wei Wuxian inconsciente.

Cuando Wei Wuxian despertó lo hizo exaltado pues había soñado con los Túmulos Funerarios, específicamente cuando lo lanzaron a ese pozo de muertos, su corazón latía como loco y su respiración era demasiado rápida para oxigenarlo bien, y todo empeoro cuando sintió a alguien tocarlo de repente, por un segundo creyó ver a un cadáver acercándose a él, por lo que levantó sus mano para empujarlo, rasguñandole la mejilla en el proceso mientras trataba de levantarse de donde sea que estuviera.

Amor en tiempos de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora