CAPITULO 6

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Llegar a casa y el abrumador silencio reinaba toda la casa, todo indicaba que el no estaba.

Menos mal, Héctor era un maestro, daba clases en una escuela privada, en el centro de la ciudad, pero una parte de él era que no se podía controlar, era un psicópata.

Lo cuál nos hacía diferentes entre el y yo, era que pertenecía a un grupo de psicópatas, yo no formaba esa familia.

La psicopatía lo heredó de la familia, ya que mi papá también eran uno de ellos, formaba de ese grupo.

Mama era psicóloga, muchas veces trato con ellos pero no pudo, no le quedó más remedio que seguir con el.

Cómo dicen el amor lo puedo tono, pero sigo sin creer en eso.

Ya que llegaba a un punto donde mamá no podía con el, solo por qué no se podía controlar o sobrepasaba los límites.

Pero aun así, mamá permaneció al lado de él, cortándole las cicatrices, que el mimo hacía.

Cuando nació Héctor todo cambio, papá que era el líder del grupo, tuvo que dos  responsabilidades  uno era el grupo y dos era mi hermano Héctor.

Papá fue feliz cuando supo que era un niño, por qué ya tenía a su heredero.

Mamá no está feliz solo por qué el decía que hiba a ser su heredero, mamá quería que el fuera un niño normal cómo todos los demás.

Pero papá no quiso, no quedó más remedio, enseñarle lo que todo niño pequeño no debería saber.

Acomodé las cosas que había comprado en el súper mercado.

Empezé a preparar mi cena, ya que no había cenado nada.

Supongo que está noche no llegaría a casa.

Por su doble trabajo, matar a personas, no se si para la gente normal era un trabajo o solo lo era para mí.

El timbre de mi casa me saco de mis pensamientos.

Quien podrá ser, Héctor no lo creo ya que tiene las llaves.

El frío metal de la puerta tocó mi mano, era un metal frío para estas horas.

Gire el metal para abrir la puerta, y ver esa persona.

Arrugue las cejas ya que esa persona que estaba en frente de mi no la conocía. 

Es más, creo nunca haberlo visto.

-Buenas noches,¿ Se le ofrece algo?- pregunté ya que la persona no lo hacía.

-Buenas noches, se encuentra el señor Héctor - respondió

- no, no se encuentra, desea dejar algún recado? - lo que más odiaba de mi hermano es que, daba la dirección de nuestra casa, para sus recado miserables.

-hem si, le puede dar esta carta, por favor, gracias- sin más que decir se retiró

No se quién se lo habría mandado está carta, mi hermano era cero discreto, cuando se trataba de sus trabajos.

Lo que más me molestaba era que siempre tenía que dar esta dirección para recibir un paquete,o cualquier otra cosa.

Así sería más fácil que la policía dará con su localización.

Pero mi hermano no era tonto, si algún día le pasará algo, para eso está el grupo, para moverse y sacar mi hermano de cualquier hoyo, ser el líder implica muchas cosas, aparte de la responsabilidad, ser la mano derecha eso era una cosas más importante.

Mi hermano quiere que ocupe el puesto de mano de derecha o suplente.

Yo no quiero, por qué eso significa que tendría que abandonar el colegio, olvidarme de mis amigos, de todo lo que me rodea, yo no quiero eso ya que Haci estoy mejor.

JOEL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora