En el corazón de una Cristiana

Corazón engañoso

¿Por qué tuviste que ser tú el engañoso, el mentiroso que traiciona mis pensamientos y desiciones?

¿Acaso te he hecho algún mal?
¿Acaso no te he cuidado bien y te he guardado para que me pagues así?

Cuánto desearía arrancarte de mi pecho y abandonarte en un lugar lejano.
Pero es algo imposible de hacer, al final eres quién me mantiene viva.

Soy tu dueña y me siento como si fueras mi dueño.

No entiendo por qué después de tantos engaños y tantas heridas al final decides seguir amando, no te culpo, fuiste creado para eso, pero deberías escuchar más a tu compañero llamado cerebro.

Sé que está lejos de tí, pero siempre piensa en tu bien.

¿Curioso no? Siempre están en conflicto pero no pueden vivir el uno sin el otro.

Mientras cerebro te envía las señales y te comunica los estados de ánimos incrementando tus latidos tú le envías esa sangre que necesita para que pueda desempeñar perfectamente su papel.

Conoces todo de mi, mis emociones, sentimientos, pensamientos, por eso me engañas tan bien.

Pero después de todo te agradezco, así me enseñas a ser más fuerte, incluso te ayudas a ti mismo a no soltar las riendas cuando te montas en una ilusión, podrías caer.

Ay corazón, si escucharas más a tu creador e hicieras lo que te dice cerebro... Solo espera el tiempo, ya llegará otro corazón, que como tú, desea ser amado y quiera dejar de engañar a su dueño.