Capítulo 7

5.4K 451 163
                                    

Pensilvania.

Damian: —Baja del auto—. Increíble el tío Klaus es amish.

Klaus: —También baja del auto—. Esto explica todo.

Cinco: —Es el último en bajar del auto—. ¿Y cómo lo explica? —Mira a Klaus.

Klaus: ¡Mira este lugar! ¡Es todo lo que no tuve en la infancia! —Empieza a caminar por el campo haciendo ademanes con las manos.

Cinco: Oye, Klaus. —Lo detiene—.

Klaus: ¿Si? —Lo mira.

Cinco: Chequeo de doppelgänger, ¿Sientes algo raro?
¿Picazón, sudoración, gases, algo así?

Damian: —Los mira raro—.

Klaus: No, me siento genial. Excepto por el sapullido ahí abajo, pero eso no se me quita.

Cinco: —Suspira—. Bien, buena suerte.

Klaus: Espera, ¿No vendrás conmigo?

Cinco: Debes hacerlo solo.

Klaus: ¿Solo? —Hace una mueca.

Damian: ¡Qué mas da! —Se coloca a lado de Klaus—. Yo iré contigo.

Klaus: ¡Si! —Feliz.

Cinco mira de forma desconfiada a Damian.

Damian: ¿Qué? Será interesante ver quien fue la mujer con mala suerte que lo dio a luz.

Klaus: ¡Oye!

Cinco: Bien, pero ambos compórtense no quisiera salir huyendo de aquí tan rápido apenas hemos llegado.

Damian: ¿Por qué no?

Cinco: No me molestan unos minutos más respirando el aire del campo.

Damian: Suenas como un anciano.

Klaus: Lo es.

Damian: Agh, como sea... ¡Vamos, tío Klaus! —Empieza a caminar—.

Cinco: Klaus.

Klaus: ¿Si, cinco?

Cinco: Si vuelve con algún rasguño. Te mato, ¿Quedó claro? —Le amenaza.

Klaus: —Traga grueso—. Fuerte y claro, mi pequeño querubín. —Sale corriendo a toda prisa para alcanzar a Damian—. ¡Hey, Damian! ¡Espérame!

Llegan hasta un pequeño pueblo.

Klaus: ¡Hola, buenas tardes!

Damian: Hey, actúa menos como un turista me avergüenzas.

Klaus: Oye, mocoso. Soy educado.

Damian: Dudo que a los amish les importe he oído que tienen mal carácter.

Klaus: ¿Dónde haz escuchado eso? Da igual, los Amish son muy amistosos.

Damian: Si, veo que lo son... —Mira a la gente que los mira raro y que los fulminan con sus miradas—. Muy amistosos... —Murmura con sarcasmo—.

Klaus: Oh, mira allá. —Toma del brazo a Damian y lo arrastra con él hacia una mujer que estaba quitándole la piel a un conejo muerto.

Damian: Oh, carajos... —Hace una mueca de asco y se tapa la nariz.

Klaus: ¿Qué? ¿Demasiado grotesco para el chico rudo?

Damian: ¡Soy vegetariano esto es inhumano! —Se detiene a unos metros de donde estaba la mujer—.

Klaus: Eres el hijo de dos grandes asesinos. Además, ¿No desayunaste hoy una hamburguesa?

Damian: Si, ¿y? Los asesinos son ellos, yo quiero ser músico de grande. Oh, y era una hamburguesa vegetariana, genio.

Una Pequeña Entrega 🚚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora