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Los días aburrido siempre había sido los sábados porque no tenía nada que hacer y eso lo hacía aburrido. En los domingos tenía que acompañar a su hermano a sus clases de natación y eso lo divertía porque al menos estaba haciendo algo que era mira a su hermano nadar.

Era un vago que le gustaba hacer cosas liviana.

Felix no mentía cuando dijo que no iba a escribir a su número primero y el no tenia tampoco la suficiente valentía para hacerlo.

— Mami, ¿puedo salir hoy? — podía ser un poco rebelde en la escuela pero su casita se respetaba. — Estoy aburrido.

— Te quiero aquí a las 5 de la tarde para que estés cuando la cena esté lista. — grita su madre desde la cocina y Minho sale corriendo a ponerse sus zapatos. — Envíame la ubicación.

No sabía a donde iba pero se vistió de forma bastante simple. A simple se refería una camisa negra, un pantalón negro, unos tennis negros y una gorra negro. Miedo era salir de noche que lo condundiera con un ladrón o que un carro lo atropelle por no ver bien en la oscuridad por su vestimenta negra. Bajo las escaleras rápido, cuando salió regreso de nuevo para despedirse de su madre dándole un beso en la mejilla para al fin correr hacía la salida principal.

Una semana hablando con Felix, ya tenía su número de teléfono y no lo había espantado por su personalidad tan extra que tenía o tiene desde qje se junto con él. Por ese simple razón creía que merecía un buen mantecado de menta con chispa de chocolate porque era su favorito y hacía mucha calor. Aunque su familia se la pasará molestando con que sabía apesta de diente el seguiría siendo fiel y se queria capaz de hacer que su hermano comiera obligado como lo hizo comer papel de toilet y con su mamá iba a respetar que no le gustará aunque lo ofendiera un poco.

— ¿Cuál sabor quiere guapetón?

— El mismo de siempre señorita. — le lanza un beso en broma haciendo reír la chica. — ¿Como estás?

— Bien. Hace tiempo no pasaba aquí honey.

Los apodos entre ellos eran pura burla de como se conocieron. Cuando Mina vio a Minho por primera vez le pareció muy lindo por lo que intento coquetear un poco con el de diciéndole unos que otros apodos pero cuando pensó que el menor le estaba sonriendo para abrir paso a un ellos realmente fue para decirle que era gay. Al principio de decepciono pero luego de dio gracia y desde ese entonces siempre se han molestado así y formaron una linda amistad.

— La escuela me tiene mal. Como ando aprobando un poco ya sabes que los últimos días es para hacer remontadas. — la japonesa asentía mientras servía su pedido en un vaso.

— Pensé que había sido por otra cosa. Aquí esta su pedido mi amor.

— Aquí su dinero reina.

Ambos se despiden agitando la mano de forma un poco exagerada. Como andaba distraído despidiendo y dirigiéndose hacia la puerta de forma tan triste termino chocando. Su helado estaba apunto de caerse pero tenía buenos reflejos y logró agarrarlo aunque no de una manera cómoda porque había ensuciado un poco su mano.

— Lo lamen- — ya no tenia intención de terminar lo que iba a decir. — No lo lamento.

— No se porque anda tan arisco conmigo. Creo que exageras.

— Changbin, bebé. Aléjate a la mierda. Quiero comer mi mantecado en paz y anda re jodiendo enfrente de mi mentita. — tenía intenciones de irse hasta que sintió como el menor lo agarro del brazo. — ¿Qué?

— ¿Por qué ahora te juntas con el callado de la clase? Es raro... — susurra lo último siendo ignorado por el peli-castaño

Un poco cínico hacer esa clase de pregunta lo cuál le causa bastante gracia que no pudo evitar reír por más que intento.

— Ni yo se que ocurrió en mi para empezar querer una amistad con él. Pero apenas nos conocemos una semana y me gusta tenerlo de amigo, fin. — Siguió caminando alejándose un poco porque luego escucho con claridad las palabras del enano después de unos segundos. — ¿A quien le dices raro desgraciado?

New friend? ㅡ Minlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora