Recostada en la pared esperando mi turno, el pasillo vacío me atrae más que la llena salita de espera del consultorio, estar en espacios cerrados con tanta gente aún me pone ansiosa, consecuencias de la pandemia- supongo- irónicamente me gusta más que antes el contacto físico, ahora no puedo vivir un día sin un abrazo o caricia, tal vez sea por el largo tiempo que viví sin ellos. No puedo evitar pensar lo que me ha cambiado esta pandemia, no solo físicamente, sin notarlo he cambiado mis propias actitudes, tiendo a expresarle cariño a las personas que me rodean más seguido y no lo pienso dos veces al tomarme una foto con ellos, mi costumbre de grabar en momentos aleatorios de mi vida ha aumentado, ya que le tengo un gran aprecio a los vídeos que hice en el pasado, esos que me reconfortaron en el tiempo de encierro. La asistente del odontólogo cruza el umbral del pasillo, indicándome que mi turno ha llegado con una sonrisa amable, entre tanta reflexión se me ha ido el tiempo volando.
ESTÁS LEYENDO
Poemas, Relatos y Reflexiones
PoesíaLo que sea que nazca de la inspiración y mis pensamientos.
