El Abismo de Nuestras Mentiras [Borrador]

Capítulo 34: A tiempo

Christopher

Dylan tecleaba en su computadora como un experto a toda velocidad, Jake se mantenía serio y de brazos cruzados, Tessa por otro lado se comía las uñas llena de nerviosismo.

Habíamos descubierto que esos malditos también tenían al pequeño Jamie y eso aumentaba aún más la angustia de todos, Andrew estaba al borde del colapso y nadie podía controlarlo, daba órdenes a sus hombres a diestra y siniestra.

- ¡La tengo!- gritó Dylan en un momento.

Su ceño de repente se frunció y achicó los ojos acercándose a la pantalla del computador, no entendía por qué su expresión pero supuse que lo que sea que estaba viendo no era nada bueno.

- ¿Qué sucede?- pregunté harto del silencio.

- Están dañando el chip y es lo que me temía...- me miró antes de clavar el puñal en mi pecho- Están torturandola con choques, es la única forma de que ese chip sea dañado.

Me senté furioso, estaba harto de que a Leah le salpiquen los problemas de su padre, quería irme lejos con ella y que no nos jodieran más a ambos.

- Iremos por ella ahora mismo- dictamine colocandome de pie.

Saqué mi teléfono del bolsillo y marqué a Nico, uno de mis hombres de confianza.

- ¿Jefe?

- Nico, te necesito pronto en la dirección que te enviaré.

Un silencio se hizo en la línea.

- Señor, no puedo ahora mismo, su padre...

Interrumpí con la furia invadiendome, Leah era mi prioridad ahora y mi padre me importaba en lo más mínimo.

- ¡No me interesa ese imbécil, te vienes y punto si no quieres que yo te dé una bala en la cabeza!

- Si señor...

Colgué y miré a todos, creo que seremos un buen equipo, todos hemos sido entrenados desde niños por lo que no creo que sea un problema.

- Preparemos todo ahora mismo.

Se pusieron de pie enseguida y salimos de la sala de tecnología de los Black, sin embargo al observar a Jake la duda se instaló en mi, a Leah no le gustaría un pelo que su hermano se pusiera en riesgo.

Me acerqué y lo tomé por el brazo alejandolo del resto.

- ¿Que quieres?- preguntó en tono duro.

Suspiré llenandome de paciencia, ya era sabido que a él no le caía nada bien.

- Si la cosa se pone fea, necesito que te vayas ¿me oíste?- lo interrumpí antes de que empezara a despotricar- A Leah no que gustará saber que estabas en riesgo, no lo hagas por mí pero sí por ella.

Asintió sin más remedio y fuimos con los demás, encontramos a Andrew con un grupo de hombres armados y puestos en filas.

- ¡Irán por mi hija! ¡Así que quede claro que no aceptaré fallos, si alguno se equivoca, todos pagarán!

Llego a su lado y me señala un cuarto.

- Ahí está todo el equipo, prepárense que saldremos pronto.

Fruncí el ceño.

- ¿Vendrás?

- Claro que sí, es mi hija de quien se trata, no puedo dejar que nada le pase.

Entramos a la sala y todos nos comenzamos a colocar el equipo, chalecos e intercomunicadores, armas cargadas entre otras cosas.

Observé a Dylan por un momento y a pesar de mis celos y odio por él, debía agradecer su ayuda, de lo contrario no podría haber encontrado a mi Leah.