Capítulo 1: Piedras fusión

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Hoenn

Se movía entre la oscuridad de la noche con velocidad y agilidad, persiguiendo su objetivo en un intento de no perderlo. Le preocupó que pudiera desaparecer entre los edificios y las sombras, pero finalmente pudo acorralarle en un callejón sin salida. Al verse atrapado, el hombre con capucha roja sacó sus pokeballs y de esta liberó un par de mightyenas.

—Espero que no creyeras que sería tan fácil —dijo el hombre con arrogancia, viendo que su adversaria retrocedía un poco ante la amenaza de los pokémon que gruñían ferozmente.

No puedes dejar que escape, debe tener información sobre Courtney y Tabitha —escuchó decir a su compañero mediante el comunicador en su oído.

—No pensaba hacerlo —respondió antes de liberar a uno de sus pokémon también—¡Necesito tu ayuda, Blaziken!

Tras exclamar aquello, el pokémon fuego-lucha apareció listo para combatir. Estaba segura que él podría hacerse cargo de ambos mightyenas, era muy fuerte y rudo. Debía sacarle toda la información posible a aquel hombre, había mucho en juego como para dejarle escapar así nada más. Claro que debió ver venir que aquel sujeto no jugaría limpio, no dudando en apuntarle con un arma.

—Voy a descubrir de una vez quién demonios eres, que mal que no será mientras sigas respirando —habló con un deje de burla, más que listo para dispararle. Por suerte Blaziken reaccionó a tiempo y le cargó para alejarla de los proyectiles.

Dio un par de saltos y permaneció en lo alto de la escalera de incendios de uno de los edificios. El pokémon de fuego dio un par de saltos más hacia los siguientes pisos cuando los adversarios le dispararon algunas bolas de sombras, dando chance a que aquel hombre pudiera escapar.

—No podemos dejar que se vaya —dijo a su compañero una vez le bajó, llevado su mano izquierda a su pecho, sujetando un collar con una gema blanca que pronto brilló en un tono rojizo—. Blaziken, une tu corazón con el mío y préstame tu poder: ¡Fusión!

El brillo del collar se intensificó, así como el cuerpo de Blaziken también empezó a brillar. En el cuerpo, cabello y ropa de ella, algunas características del pokémon se hicieron notorias, simulando algunas de sus plumas y flamas. Ahora ambos, entrenadora y pokémon, saltaron de las escaleras hacia el suelo con agilidad, aterrizando frente al hombre de capucha roja, quien más aterrado, apuntó su arma de nuevo hacia ella.

—¡Fire punch! —Exclamó la entrenadora en lo que su propio su puño se cubría de fuego y de un ágil movimiento le acertaba el golpe a su enemigo, mandándolo a volar contra unos contenedores de basura. Su compañero usó el mismo ataque contra los mightyenas, debilitándolos tras un par de golpes—. Bien hecho Blaziken, estuviste grandioso —le felicitó sonriente, este se mostró feliz por el cumplido.

May a lo que vinimos, no te desconcentres —volvió a hablarle su compañero por el auricular, haciéndola suspirar con pesadez.

—¿Cuál es el punto de un nombre código si vas a llamarme así? —Se quejó en un murmullo en lo que se acercaba a su enemigo, aún aturdido en el suelo. Aplastó el arma de un pisotón y se acercó para sujetarle de la chaqueta.

—¿Qué diablos eres tú? ¿Qué es lo que quieres? —Preguntó más temeroso.

—¿En qué base del equipo Magma está Courtney? No te gustará que lo pregunte dos veces.

—No lo sé, en serio no lo sé, ella se traslada de una base a otra cada cierto tiempo —apenas pudo balbucear, no le gustaba notar que de las muñecas contrarias brotaran llamas del mismo modo que a Blaziken y menos tan cerca de su rostro—, lo único que sé que es que se reunirá con alguien en Sinnoh en un par de semanas.

El misterio de la pokefusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora