Mientras tanto

41 9 8
                                    

   No hace falta decir que el ambiente en el hogar del famoso héroe era tenso y hasta cierto punto incómodo. El hijo mayor de la familia no bajaba, por más que lo llamaban tocaban en su puerta. La princesa y la hermana de nuestro héroe charlaban para aliviar el ambiente. La señora madre servía té y aperitivos, el padre.....sentadito en la esquina.

  María de vez en cuando miraba las escaleras por si de esas veía a su hermano bajar. Miro nerviosa a su madre, la cual se veía cada vez más enojada aunque lo disimulaba muy bien. Su padre no sabía ni a dónde mirar, hasta los guardias que acompañaban a la princesa se veían algo incómodos.

¿Porque su hermano aún no bajaba?

¿Se habrá escapado?

Imposible, Henza no caería tan bajo.... o eso esperaba.

Decidió aligerar el ambiente al ver como su madre inconscientemente triturada un palo de escoba con sus manos.

- Su majestad- dijo María poniendo su mejor sonrisa-¿Cómo han estado las cosas en el palacio?
- Todo bien- respondió la Princesa- Con tu hermano aquí solo hay días llenos de paz.
- Si, gracias a él aún seguimos aquí.- dijo María y recordó los tiempos difíciles. Ella era muy pequeña, sus padres estaban asustados y preocupados. Su hermano desapareció de repente y tiempo después regresa con la extraña espada para salvarlos a todos.

Una buena historia para contar a sus hijos algún día. Si llega a tenerlos.

  Pero su hermano a estado actuando raro últimamente esos últimos días. Cómo si tuviera la cabeza en otra parte. Ocultaba algo, eso era un obvio y dudaba mucho que el fuera a decírselo. Porque si hay algo que Henza heredó de su madre es la resistencia. No dirá nada hasta que ya no tenga más opción o no le quedará de otra.

Finalmente su madre se excuso y subió las escaleras, lo más probable a la habitación de su hermano. Esta vez sí iba a derribar la puerta y regañar a su Henza por hacer esperar a la princesa.

Se escuchó el sonido de la señora forzando la puerta para entrar.

María se preparó para escuchar los gritos y regaños.....pero no pasó nada. Solo silencio.

Unos minutos después su madre bajo, demasiado tranquila.

Inquietante

  Jamás en su vida había visto esa expresión en el rostro de su madre. Parecía otra persona con esa sonrisa forzada y ojos negros como los de un tiburón. Camino hasta su padre y con una seña de sus dedos le indico que se levantará y la siguiera. Su padre se puso pálido al instante. Rezo por el mientras lo veía irse con su madre.

Que incómodo se sentía todo.

Y el comportamiento de su familia y el silencio de la princesa lo hacía peor.

Su padre volvió más pálido que antes.

-Al parecer Henza se fue sin decirnos nada- dijo el en un susurro algo inseguro.
-Lamentamos esto su majestad - dijo la señora madre apareciendo a un lado de su esposo. - Me disculpo por este lamentable comportamiento.
- No se preocupe- dijo la princesa
- Este muchacho últimamente a tenido la costumbre de irse sin decir a dónde va- dijo la señora- Se va todo el día y no dice a dónde.
- Bueno, el tiene muchas responsabilidades - dijo la princesa sonriendo- Es normal que a veces quiera tener tiempo para si mismo. Solo vine porque me preocupa que últimamente no ha venido al palacio.

Se notaba que la princesa estaba un poco decepcionada.

María se preguntaba a dónde se había ido su hermano.

Cuando la madre subió a la habitación de su hijo mayor para obligarlo a bajar le extraño lo silencioso que estaba. Al forzar la puerta vio la habitación vacía y la ventana abierta. No hacía falta ser un genio para saber que fue lo que pasó.

EL DESGRACIADO DE SU HIJO SE FUE SIN PERMISO......Y SIN COMER.

Le esperaba un mundo de dolor a ese muchachito cuando volviera.

Dos de los guardias que escoltaban a la princesa miraron por los alrededores a ver si de casualidad alguien había visto a Henza. María tuvo que iniciar una conversación para evitar que ardiera Troya en su casa.

Pero todos sabemos que Henza no va a aparecer pronto.

El padre del héroe ya no sabía que hacer para calmar a su esposa. La señora estaba hecha una furia y con ganas de moler a golpes a su hijo por irse sin persimo y sin decirle a nadie.



  La princesa Amatista estaba muy decepcionada. Estaba ansiosa por hablar con Henza, pero el ni siquiera estaba. Ya estado enamorada de él por mucho tiempo. Procuraba verse bien y elegante para el y así poder llamar su atención. Pero el no parecía notarlo o fingía que no se daba cuenta de sus intenciones. Ya no sabía que hacer para que Henza se fijará en ella. Al principio confiaba en su atractivo natural pero al ver que Henza no hacía caso empezó a usar ropa más llamativa y a maquillarse para resaltar sus rasgos. Tampoco parecía funcionar. Intento ir ella personalmente a visitarlo en vez de esperar a que el fuera al palacio y tampoco. Se le estaban acabando las ideas.

Cuando lo vea sería directa.




Continuara.






😁😁😁😁


¿QUÉ?    ¡El héroe y el villano tienen un romance secreto!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora