VIII

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La Waybright sonrió, apreciando los rayos del sol que traspasaban la ventana del departamento de la taiwanesa

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La Waybright sonrió, apreciando los rayos del sol que traspasaban la ventana del departamento de la taiwanesa.

Con un poco de esfuerzo y con cuidado de no despertar a la otra chica, se puso ropa limpia que sacó de un cajón y le dejó un cambio al lado de ella para cuando esta se levantase también.

Se pasó a la molesta silla de ruedas y salió de la habitación, no sin antes voltear hacia atrás para deleitarse con aquella imagen. Definitivamente la pelinegra lucía hermosamente tierna cuando dormía.

Llegó a la cocina para hacer café, y sonrió feliz aspirando el olor de Marcy que tenía en su piel.

La amaba y se arrepentía de haberle hecho sufrir tanto con su horrible comportamiento e hirientes palabras.

Sin embargo, esta vez se esforzaría en arreglarlo para que el sol no se desvaneciese otra vez.

Y así comenzó a hacerlo: expresando su amor con diferentes gestos, regalándole los mejores días cuando se juntaban y, por supuesto, preguntando y escuchando las preocupaciones de Marcy, porque sin importar qué la llegase a atormentar, siempre estaría ahí para ella.

No te soltaré de nuevo, lo prometo.

No te soltaré de nuevo, lo prometo

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Nos acercamos al final.

Cloudy days | SasharcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora