El amor es una carrera contra el tiempo y más cuando debes ocultar una enfermedad terminal.
Quiza no debí haberme involucrado contigo, pero realmente me enamore.
Espero poder tener tiempo suficiente para decirtelo.
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<< Punto de vista de Matt >>
Los días han pasado, y nuevamente es lunes, este día he quedado de verme con Janneth en su hora de comida y también debo ir con Alice al hospital, para tocar la guitarra, sinceramente tenia una extraña mezcla de emociones, por una parte, me entusiasmaba convivir con Alice y hacer felices a esos niños.
Pero por el otro lado me sentía muy nervioso respecto a Janneth ¿Y si era otra de sus mentiras? No creía que pudiera perdonarla, pero ¿Y si era cierto? Tampoco creía estar preparado para afrontar el hecho de que ella moriría, digo, ni siquiera he asimilado del todo el hecho de que yo voy a morir.
Cuando llegué al supermercado ella me recibió alegre mientras comía un sándwich.
— ¿Interrumpo tu super saludable almuerzo?
— Oh Matt pensé que no vendrías, que pena, pero ven, siéntate conmigo — Janneth me invitaba a tomar asiento junto a ella en una banca —
— ¿Desde cuando trabajas aquí?
— Ya tiene un tiempo, no requiere mucho esfuerzo así que es perfecto para mí ¿No lo crees?
— Vamos al grano Janneth — Dije intentando no titubear.
— Supuse que dirías eso. — Janneth saco un sobre grande y me lo dio.
— ¿Qué es esto?
— Ahí está la prueba, es una resonancia magnética.
Al escuchar esas palabras sentí una inmensa presión en el pecho, estaba aterrado, lentamente desaté el hilo que cerraba el folder y saqué los papeles de su interior.
— ¿Insuficiencia cardiaca?
Todos mis temores se hicieron realidad al leer esas palabras, y no pude evitar sentir un vació en mi estómago.
— Es una...
— Incapacidad del corazón para bombear sangre — Respondí con la mirada abajo.
— Si... por un momento había olvidado que tu padre es jefe de un hospital. — Janneth intentaba hacerme sonreír, sin mucho éxito, pues no podía dejar de pensar en su estado de salud.
— ¿Ya has probado los tratamientos?
— Si, pero casi todos han fallado.
— ¿Qué opciones quedan?
— Solo el DAVI y...
— El trasplante.
Janneth asintió y soltó un gran suspiro.
— Ya veo, Janneth debo de asimilarlo.
— Lo sé.
— ¿Por qué me lo dices ahora?
Ella dejo a un lado su comida y me miró fijamente.
— Sé perfectamente que las cosas entre tu y yo no terminaron de la mejor manera, también soy consciente de que fui la culpable de eso, pero hay mucho que debo contarte, mis razones, mi versión de la historia. — Se puso de pie y me tomó de las manos — honestamente, no quería irme sin despedirme de ti.
