Capitulo 3: No puedes ignorarlo

28 11 1
                                    

<< Punto de vista de Matt >>

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

<< Punto de vista de Matt >>

Después de dejar las compras en casa me dirigí al hospital, hacia un frío de los mil demonios, y estaba nevando, pero debía ir, ésta vez no era una visita; tengo que hablar con mi doctor para decirle que no quiero las quimioterapias.

Se que no me van a curar y sólo son para prolongar lo inevitable y mientras tanto iré perdiendo el cabello y fuerza día tras día.

Así que no quiero eso, quiero poder vivir mi vida por completo. O lo que queda de ella.

- Veo que hoy no traes guitarra, ¿Acaso no te quieren en tu casa? - Preguntó mi recepcionista favorita ignorando sus obligaciones como siempre -

— Oh vamos Ame, ¿Acaso no te da gusto verme por aquí?

— Hmmmm bueno ya estás aquí y ni modos de que te corra, adelante.

— ¡Gracias Ame! Y por cierto deberías atender ese teléfono.

— Nah, pueden esperar un poco más — Siguió limando sus uñas con una cara de fastidio —

— Un día te van a correr por hacer eso.

Me dirigí hacia el área de neurología, no voy a mentir, tenía bastante miedo de lo que me iba a decir el doctor Myers, su secretaria me recibió cortésmente y me invitó a pasar hacia su oficina.

— ¿Gusta pasar señor Harrison?

— ¿Puedo hacerle un truco de magia? — Sonreí y lleve una de mis manos a mi nuca esperando no incomodar —

Quería calmar un poco mis nervios, ella siguió sonriendo y asintió sutilmente.

Me preparaba para hacer mi acto cuando el doctor Myers abrió la puerta y me dijo:

— Pasa Matt te estaba esperando.

Su voz era muy gruesa y su tono de voz bastante intimidante, debo admitir que eso acrecentó mi miedo pero no iba a dejar que me afectara demasiado.

— Lo siento — Me disculpe aún sonriente y ella me contestó de igual forma —

— Suerte — agitó su mano —

Hice caso al doctor Myers y pase a su oficina cerrando la puerta tras hacerlo.

— Toma asiento por favor.mm

— Gracias, quería hablar con usted sobre... — movia mi pierna intentando calmar mi nerviosismo —

— ¿Sobre tu enfermedad?
— pregunto tajantemente —

Él era un señor bastante mayor, de mal humor y también bastante cercano a mi padre, podría decir que es de confianza, lo irónico es que cuando iba a casa a cenar jamás esperé terminar siendo atendido por él.

— Si...

— ¿Y qué querías decirme?
— cruzó sus manos y se recargo en su escritorio esperando mi respuesta —

FragmentadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora