II

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Luke se despertó entre sueños, o visiones. Din jamás supo la diferencia, pero hubo un tiempo en que se acostumbró a despertarse cuando las tenía, calmarlo y abrazarlo hasta que el temblor desaparecía. Los Jedi son seres que jamás comprenderá. Tan cercanos al amor, sensibles a él, pero dispuestos a dejarlo ir como si no importara la otra parte.

"Sin apegos"

El rubio se levantó de golpe provocando un jalón en la herida del costado, lastimándose y soltando un quejido por el dolor. Din suspiró y soltó un gruñido. Luke siempre es tan descuidado.


—No te muevas, solo harás que se abra—dijo acercando el botiquín y otro parche de bacta. El Jedi de pronto palideció al escuchar su voz, al parecer lo había identificado de inmediato. Lentamente dirigió su mirada hacia el mandaloriano. Abrió sus enormes ojos azules, Din sintió una punzada, ese gesto era igualito al de Rey cuando le dijo que tenía chocolate caliente.

Din se acercó para tocar el costado, el parche estaba impregnado de sangre, aunque ya había ayudado a cicatrizar, era momento de cambiarlo. Luke solo lo miraba sin poder decir nada, seguramente era la última persona que hubiera esperado ver. Din cambiaba, muy concentrado, el parche tras revisar que la herida se estaba cerrando. Se veía mucho mejor a cómo lo encontró hace unas horas.

—Se cerrará pronto— refiriéndose a la herida—, iremos a un hospital o algo para que te revisen—dijo Din sin más y se levantó para recoger las cosas que estaban tiradas alrededor. Necesitaba hacer algo mientras Luke lo veía como si hubiera visto un muerto.

Luke parecía luchar por decir algo, Din no dijo nada. No sabía que decir tampoco. Podía reclamar, pero... ¿Realmente alguna vez tuvo el derecho a hacerlo? Lo que pasó entre ellos... Ni siquiera sabía qué tenían cuando empezó y un día, como al inicio, solo terminó.

Tal vez el llorar le había ayudado a calmar toda la angustia que había estado acumulando.

—¡Rey! —Luke empezaba a recordar y sintió un horror que lo obligó a querer levantarse.

—Ella está dormida en el otro camarote con Grogu. Estaba agotada—tranquilizó Din. Luke lo miró como si hubiera algo más, pero se sintió aliviado cuando supo que la pequeña estaba a salvo. Era lo único que importaba.

—¡Dioses! Debí dejar que Artoo se la llevara, estaría más segura—se regañó.


—Bueno, ella me trajo hasta acá así que... Sin ella tal vez hubieras muerto.

—¿Qué?

—Ella arrastró la nave hasta este punto y me obligó a descender... —tras una revisión a la zona, era evidente que no hubo un rayo tractor. Y ya había visto a Luke arrastrar cruceros con la Fuerza. Si la niña era su hija, seguro sabría usarlo también.

—Ella... Oh...—miró pensativo, como si estuviera analizando algo—. Cada vez se hace más fuerte...—meditó ensimismado, Din quiso preguntar, pero las palabras no salían de su boca. Entonces Luke negó y volvió a ver al mandaloriano, quien terminaba de recoger todo—. Din...


—¿Tienes hambre? Sé por Rey que no han comido bien como en dos días


—¡¡¿DOS DÍAS?!! —el Jedi grita sorprendido, miró aturdido todo. Se veía con la mirada perdida, era comprensible. Su herida aún estaba fresca pese a que se veía mejor que cuando lo encontró. Luke volvió a ver a Din, quien esperaba su respuesta. Tenso. Aún parecía que Luke quería decirle algo, pero no atrevía—. Si, lo agradecería...


Din no espero mucho y salió casi corriendo, como si escapara de enfrentarse a Luke. No es que no quisiera preguntar, las preguntas salían como un mar por su cabeza, pero prefirió no tocar ese tema ahora. No era el momento y tal vez nunca lo sería.

Milagro gracias a la Fuerza | DinLukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora