Poción+10 - SNAMION SEVMIONE

Poción+10 Part 0

La voz del director dijo en fuerte tono después de crear la línea de edad en el suelo que rodeaba el Cáliz de Fuego:

-¡He aquí el Cáliz de fuego! Todo aquel que quiera participar en este torneo, deberá escribir su nombre en un pedazo de pergamino y arrojarlo a las llamas antes de esta hora del jueves. ¡No lo hagan a la ligera! Una vez elegido, no habrá vuelta atrás. Desde este momento, el Torneo de los Tres Magos da comienzo. Recuerden que este año sólo podrán participar los jóvenes a partir de diecisiete años de edad.

Para los chicos de Gryffindor reunidos cerca en su grupo de la casa y sobre la larga mesa del comedor, les parecía interesante y deseaban con todas sus fuerzas ser mayor, poder ser elegidos, sus mentes ágiles e impulsivas aún no sabían en qué peligro podía estar si sus sueños se cumplían, sólo pensaban en el aplauso y la gloria, en que las chicas les admiren hasta que el año finalice.

Después de veinticuatro horas y frente a muchos jóvenes a la expectativa de saber quién iba a quedar, una joven de rizos castaños, la cuál sostenía uno de sus libros escolares en sus manos y acompañaba a algunos compañeros, alzó la vista y frunció el ceño al ver que un par de gemelos pelirrojos se traían algo entre manos.

—¿Qué hacen, Fred? —Hermione dejó su libro a un lado y les habló seria para llamarles la atención como si fuera su madre.

—Nos vamos a inscribir, es obvio.

—¿Creen que pueden engañar a Dumbledore? —Hizo gesto creído, segura que aquello era un disparate, regresó a su lectura y los ignoró.

—Lo haremos, es improbable fallar —George sonrió también con seguridad y orgullo.

—No, no podrán engañar al director —la chica ya sentía esa molestia incluso en su propia voz, porque les advertía y ellos sólo querían dar la contra en todo. 

¿Por qué gastar saliva en ese par? Ella tenía absoluta razón. 

—Esta poción, Hermione, será un éxito ¿Qué dices, Fred? A tu salud —George desafió a su amiga y a los chismosos que tampoco creían en ellos. Cruzó el brazo con su hermano en un rito un poco cantinero, y ambos bebieron de sus pociones después de descorchar los recipientes con habilidad.

La última gota fue por sus gargantas y luego una sonrisa se formó en sus gemelos  labios astutos.

Después de tomar la mano del otro, el par estuvo dispuesto a intentar pasar la línea:

—Después de ti, Hermano.

—Hagamoslo juntos —sonrió George.

Ambos saltaron al otro lado de la línea  muy cerca del Cáliz, cada uno logró estabilizarse sin temor para sentir de cerca un poco de alabanza de su alrededor.

—No lo lograrán —advirtió Hermione por última vez después de pasar la página de su libro sin mirarlos.

—Ya lo hicimos —dijo Fred y se escuchó un grito de júbilo que empezó débil, pero luego se hizo más enérgico.

George miró a su hermano y le felicitó y cada rostro de los alumnos alrededor se hizo en asombro junto a una viva voz.

—¡Ow!

Hermione rodó los ojos, habían pasado la línea pero no iban a poder poner sus nombres dentro de la copa de madera en el fuego encendido, la magia no les permitiría.

Los jóvenes Wesley sacaron sus nombres de sus bolsillos y lanzaron al mismo tiempo con emoción en el interior del recipiente de madera, había inquietud e impaciencia en sus cuerpos junto a la actividad flameante de la copa café, la cual se detuvo en un instante.