• Uno •

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Maestro Mew



Gulf se frotó los ojos con cansancio cuando se topó con otro ensayo de La Letra Escarlata que comentaba sobre la presentación de los actores en la película homónima. Echó un vistazo al reloj de la pared y parpadeó consternado. ¿Cuándo habían pasado las horas? Ya eran las siete de la tarde y sentía que había progresado poco con todo lo que tenía que hacer. Su estómago gruñó, recordándole que no había comido desde esa mañana.

Con un suspiro de disgusto, reunió sus papeles y los metió en su maletín. Mientras él salía de su oficina y se arrastraba a sí mismo por los pasillos de la escuela, repasaba mentalmente el resto de sus tareas pendientes. Era muy poco probable que pudiera ser capaz de terminar de calificar los trabajos esta noche, pero al menos tenía que preparar su plan para las lecciones de mañana.

Él asintió distraídamente al conserje que ya había comenzado a limpiar los pasillos.

"Buenas, Sr. Orwell," dijo el hombre.

"Buenas noches", murmuró de vuelta Gulf.

El estacionamiento estaba ya vacío de autos, era casi deprimente. La minivan de Gulf esperaba fielmente por él, el único vehículo que quedaba a esa hora. Se deslizó dentro del auto y se apoyó contra el volante, descansando sus ojos. Dado que su mejor amigo Saint, había tomado un receso de la enseñanza, Gulf había decidido que temporalmente también trabajaría cubriendo su puesto. Sabía que sería algo difícil, su amigo hacía un montón de trabajo por los chicos, algunos de los cuales realmente necesitaban un adulto comprensivo que los guiara. Pero Gulf había querido hacer esto por Saint, quien estaba pasando por mucho justo en este momento. No había contado con el hecho de que, a diferencia de Saint, apestaba siendo amable con la gente.

"Dios, necesito un descanso", le dijo a nadie en particular.

Una noche, durante la cual él podría dejarlo todo, olvidarse de sus responsabilidades escolares y especialmente de su preocupación por su preciado amigo. Una noche, con un hombre que podría recordarle cómo se sentía pertenecerle a alguien, perderse a sí mismo en el dolor y el placer de su lujuria. ¿Eso sería tan malo? Sí, lo sería, porque mañana necesitaba ir a trabajar como siempre. Ya era bastante difícil hacer dos trabajos al mismo tiempo sin tener que perder más sueño de lo que ya estaba perdiendo. Además, ya había dejado atrás esa parte de él por razones en las que ni siquiera quería pensar.

Sacudiéndose a sí mismo, Gulf puso en marcha el auto y comenzó a conducir. Lamentablemente, todavía estaba distraído y perdido en sus cavilaciones, por lo que se saltó dos semáforos en rojo y casi se mete en un accidente. Para cuando llegó a casa, él estaba aún más agitado que antes, y cuando camino entrando en su pequeño apartamento, tiró su maletín en el sofá y se fue directo a la cocina. Un poco de comida y una cerveza harían maravillas con su estado de ánimo, y luego, tal vez, podría avanzar un poco más con su trabajo.

La luz parpadeante de la máquina contestadora llamó su atención mientras preparaba un sándwich. Tomando un bocado de su comida, presionó el botón para reproducir el mensaje en espera. Para su gran placer, proveniente de la cinta la voz de Saint llenó la habitación,

"Hola, Gulfy. Supongo que solo te extraño o algo así. Solo quería decirte que todo está bien. Tu papá me ha dado un certificado de buena salud".

"Hola, dulzura", la voz de su padre se escuchó en la línea. "Asegúrate de cuidar de ti mismo".

Gulf se rió entre dientes ante las predecibles palabras de su padre. El hombre mayor siempre había sido alguien preocupado y odiaba dejar solo a Gulf. Probablemente nunca lo hubiera hecho si en estos momentos Saint no lo necesitara tanto.

Su Dom Hombre Lobo ~ MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora