Lost [yoonseok]

Prólogo

El amor que conozco es aquel que veo de otras personas, el desprecio lo conozco de primera, y al final del día, la única compañía que tenía aquel niño, era la noche.

'Hoseok'

Fue lo único que recibió de su madre, un nombre.

Toda su vida había estado solo en las calles, vagando como un alma en pena, hasta que un orfanato lo acogió. Entusiasmado, pensó que por fin tendría su familia soñada... Pero no fue así.

Nadie quería un chico sucio de las calles en sus hogares.

A la edad de doce años, luego de estar largos inviernos en aquel orfanato, recibió una carta de una familia. Al parecer dicha familia lo había visto en los panfletos del orfanato, donde mostraban a niños en busca de hogares, y encantados con aquel pequeño con sonrisa de corazón, habían solicitado una entrevista con él.

Hoseok emocionado, se vistió con su mejor ropa, la que menos parches y huecos tuviera, con su tela desgastada amarillenta, y a pesar de todo, pensó  que se veía presentable.

Después de tres largos años viviendo en el orfanato, Hoseok por fin fue adoptado.

Según lo poco que sabia, su futura familia residía en la gran ciudad, conocida por su enorme capital, el cual era usado para ayudar a niños de huérfanos, adoptándolos y proveyéndole una educación y vida, para que, cuando cumplieran la mayoría de edad, pudieran salir a la sociedad con una formación profesional y una vida digna.

Las horas en aquella oficina no fueron nada, y una vez hecho el papeleo, Hoseok finalmente salió de aquel orfanato. Lloró un poco, al pensar en abandonar el lugar que muchos años había sido su hogar. Un hogar que albergó tantos sus lágrimas como sus risas.

Las primeras palabras al llegar a su nueva residencia, fueron de asombro, un "woow~" salió de sus labios, al ver aquel magnífico edificio, que en su propia cabeza solo podía asimilarse a un castillo, de esos que leía cada vez que no podía dormir.

Cuando Hoseok bajo del vehículo, una señora mediana edad, con gran porte y elegancia, le esperaba en la entrada de aquel castillo -En palabras del pequeño- , y con una sonrisa le saludo — ¡Bienvenido!

— ¡Hola! Encantando de conocerla — Le respondió Hoseok, haciendo una reverencia a la mujer.

La mujer encantada, soltó una risita, haciéndole una seña a otro hombre, quien se encontraba dentro de la casa, apuntando con el dedo la maleta del pequeño muchacho. — Mr. Kang, por favor lleva la maleta de nuestro niño a la nueva habitación.

Luego, la mujer se dirigió a Hoseok, quien la miraba con ojos brillantes y llenos de esperanza, ansioso por conocer a su nueva familia.

— Dile 'Hola' a tu nueva familia, pequeño.

"Mi primera y única familia"  Pensó Hoseok, cruzando el umbral de la puerta.