Día 1: Festival de medio verano

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—Será divertido.

— No.

—Anda compraremos algodón de azúcar y ganaremos un pez dorado.

—¿Que tenemos 6 años, malditos pelos de mierda?

—¿Y el pececito?

—Kirishima por dios se te muere una planta de plástico.

Era el matsuri de mitad de verano, Kirishima estaba ansioso por ir, pero tenía una cita con Mina y a ella se le ocurrió la brillante idea de salir en una cita doble con Uraraka, y Kirishima había dicho que llevaría aunque fuese a rastras a Bakugo. El rubio no quería ir por ningún motivo, no le gustaban mucho los matsuris, su mamá lo llevaba cuando niño pero al crecer fue perdiendo el interés.

—Creo que habrá un puesto de ramen picante— Kirishima dijo intentándolo convencer —Bueno es una lástima que no quieras...

—Voy por unos zapatos.

Bakugo dijo sin ninguna emoción, Kirishima sabía que había ganado. El pelirrojo iba contento porque iba a un matsuri con su amigo, pero Bakugo seguía teniendo esa cara de desagrado.

Al llegar se encontraron con Mina y Uraraka, la castaña llevaba el cabello suelto adornado con una flor rosa, y una yukata también rosa con flores blancas y fucsias, Bakugo al verla se sonrojó, jamás la había visto fuera de la escuela sin uniforme y se veía realmente linda.

—Vaya hasta que llegaron— Mina dijo sacándolo de sus pensamientos

—Es que mi bro... Bueno se tardó un poco.

—No quería venir— dijo sin tapujos el rubio.

—Es una lástima ya estás aquí— Mina tomo el brazo de Kirishima y se encamino hacia el templo.

El festival se realizaba al aire libre en un templo cercano, Uraraka y Bakugo iban varios paso atrás de sus amigos, ellos realmente tenían una cita y Uraraka cómo Bakugo solo iban de acompañantes, realmente para ellos no era una cita. Bakugo veía se vez en cuando por el rabillo del ojo a Uraraka, ella iba algo triste, y no sabía por qué.

—Se supone que a las chicas les gustan estás cosas— Dijo con desagrado Bakugo, Uraraka volteo a verlo—Iré por ramen.

Bakugo se alejó un poco del grupo pero sintió la mirada de Uraraka seguirlo, volteo hacia la castaña y le dijo:

—¿Vienes? Hay que dejar a ese par de idiotas enamorados un rato.

Uraraka dudo un poco, pero aun así lo siguió. Caminaron en silencio por varios minutos buscando el puesto de ramen que Kirishima le había prometido, pero no lo encontraban simplemente había ramen normal.

—Ese maldito bastardo me engaño— Dijo molesto Bakugo.

—Pero si pasamos ya tres puestos de ramen.

—Si pero me dijo que era ramen picante y todos tienen ramen normal—Bakugo dijo molesto.

—¿Ramen picante? —Un señor de un pequeño puesto llamo su atención.

—¿Sabe dónde es? —Bakugo pregunto acercándose al puesto.

—Sí, lo venden cruzando el puente—Bakugo ni siquiera dio las gracias y salió en dirección al puesto, seguido por Uraraka.

Continuaron en silencio Uraraka iba un par de pasos detrás del rubio, pero el chico siempre la iba vigilando para no perderla ¿Por qué lo hacía? Ni el mismo sabía la respuesta. Llegaron al lugar indicado, pero solamente era un puesto donde vendían picante para colocarle al ramen, Bakugo enfureció, y Uraraka no entendía por qué.

Kacchako Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora