Enero, fue cuando te conocí, ojos marrones, mirada perezosa que irradiaba tranquilidad, rizos alborotados de color azabache y una actitud tímida.
Aún recuerdo nuestra primera interaccion, fue a travez de un chat en linea, en una charla que ofrecia nuestra universidad días antes de comenzar las clases.
Tu preguntaste quien estaba en la comisión 14 de primer año, recuerdo haber leido tu mensaje y responderte que yo estaba en esa comisión, tu me pediste una de mis redes sociales para contactarme y sin pensarlo mucho te la envié. A los pocos minutos me llego un mensaje, era el tuyo, pregunatndome si pertenecia a la comisión 14 del peimer año de medicina.
A partir de ahi intercambiamos numeros y nos pusimos de acuerdo para llegar temprano a la uni y conocernos el primer día junto a otros chicos de nuestra aula. Todo fue a través de mensajes de textos, desabridos y con el mero interes de estar solos el primer día de clases.
¿Mi primer recuerdo de ti?
Es verte en las escaleras de la universidad con tus rizos alborotados jugueteando con nerviosismo tu celular.
No me gustaste esa primera vez que te vi, tampoco sentí atracción alguna, es más, recuerdo perfectamente las palabras que pasaron por mi mente en aquel momento.
<<Aburrido, comun, poco atractivo>>
Creo que por eso el destino quiso ponerte en mi camino, tu hiciste que me tragara todas aquellas palabras con el tiempo. Me diste una de las lecciones más importantes y anticuadas. <<No juzgues un libro por su portada>>
En la primera clase te sentaste junto a mi, no hablamos mucho, intercambiamos opiniones o a veces me pregunabas de manera casual alguna duda que tenias respecto a lo que explicaba el profesor. Las horas pasaron extremadamente rapido y en cuanto menos lo esperaba nos encontrabamos nuevamente en las escaleras despidiendonos de aquel extraño grupo que habiamos armado improvisadamente.
Pero por azares o capricho del destino al parecer viviamos cerca el uno del otro.
-¿Vas hacía allá?- me preguntaste una vez que salimos de la universidad y nos despedimos del resto. Habías notado que caminábamos en la misma dirección, para dirigirnos a nuestros respectivos departamentos.
-Si...- te respondí tímidamente, e intuí que tú también te dirijas en la misma dirección, me aclaraste que vivías a seis cuadras de la universidad, yo vivía a tres, así que compartíamos camino. O parte de el.
Recuerdo que me respondiste un "Te acompaño" para luego caminar a la par durante unos segundos en silencio. No sabía que más decir o que estupidez soltar para que aquel incómodo silencio no nos acompañará aquellas tres cuadras hasta mi departamento. Pero, para la suerte de ambos, me preguntaste desinteresadamente que tal me había parecido la clase de hoy, creo que lo hiciste por no dejar un silencio incómodo. Intercambiamos un par de palabras y observaciones sobre los temas que dimos en las dos horas de clases hasta que llegamos a la esquina de mi departamento.
-Aqui es- señale tímidamente.
-El mío es a tres cuadras más de aquí- me respondiste de igual manera.
-Pues nos vemos mañana- me despedí, pero antes que me diera media vuelta y me marchara me hablaste nuevamente.
-Si quieres... Puedo venir hasta esta esquina mañana por la mañana y así vamos juntos a la universidad- dijiste de manera tímida mirando tus manos.
Aquello me sorprendió de buena manera, sin duda no quería ir a la universidad sola y encontrarme con un montón de gente extraña. Tener una cara conocida cerca mío sería reconfortante.

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Ocho Meses
RomanceOcho meses. Empecé a escribir esto cuando apenas comenzamos nuestra relación, por qué desde un inicio sabía que no eras para mí, y aún así decidí enamorarme de ti. ¿Que masoquista no? En mi defensa eras todo lo que buscaba y lo que necesitaba, sin s...