¡Corre!

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El pavimento recibe los pies de Nataly, corre como si no hubiera un mañana, como si nunca más volviera a hacerlo, corre veloz pero ya no puede más, los moretones, la sangre, el dolor... Todo eso la obliga a parar.

Se detiene, está sola por una calle llorando porque sabe que su vida  ha cambiado.

Aprieta su teléfono hecho pedazos, no sabe dónde está, tiene miedo, pero su teléfono no funciona, cierra los ojos buscando algo en su mente que la tranquilice, pero.....

Se le viene a la mente el recuerdo de ella y su amiga peleando, Nataly llora al recordar de haberle dicho a Dulce que la acompañara pero ésta estaba tan enojada que la dejó sola, Nataly pagó un taxi de venida a su casa, pero como era nueva en la ciudad se equivocó y se encontró en un lugar que no conocía, estaba tan asustada pero caminó, decidió llamar a Dulce para así pedirle ayuda... Pero la vida es tan injusta y Dulce apagó su teléfono.

Nataly estaba desesperada y no le quedó otra alternativa, marcó con desdén, pero llamó a su ex, Luna tan sorprendida de aquella llamada, le preguntó si todo estaba bien, Nataly le explicó todo, le envío su ubicación y Luna le dijo que se encontraran  en la torre azul.

Nataly queda en blanco o trata de hacerlo pero es mucho lo que la sobre lleva.

Recuerda cómo iba caminando, recuerda como un desgraciado le gritó algo que ella no entendió, pero lo ignoró, siguió su camino, no le importaba nada... Pero una mano la jaló hacia atrás, era él,  ese tipo que no conocía, no sabía quién era y nunca lo había visto.

— Qué quieres? — preguntó Nataly asustada, el chico con una macabra sonrisa «que no fue de agrado para Nataly» tocó su cara.

—Nada, hermosa, solo quería ver tu cara de cerca — dijo el chico.

En ese momento Nataly recordó algo que le dijo su madre " Si alguna vez te sientes en peligro y no puedes o no te sientes capaz de afrontarlo, lo mejor es que huyas."

Y exactamente huyó, de un tirón soltó la mano del extraño y corrió, corrió por su vida. Su pulso se aceleró, tenía miedo pero a la misma vez la adrenalina corría por su cuerpo.

El chico la siguió, Nataly no supo que sucedió pero todo pasó muy rápido.

Aquél tipo la alcanzó, la tiró a suelo, desprendió su ropa, agarró partes de su cuerpo. Sus manos, sus senos, su cara, bajó y tocó su intimidad.

Nataly gritó, gritó tan fuerte que hasta creyó que quedaría sin voz.

— ¡Cierra la boca estúpida! — el chico clavó un puñetazo en la cara de Nataly.

El dolor se hizo presente e incrementó aún más, pero eso no la detuvo, mientras Nataly continuaba defendiendose, el tipo seguía golpeándola, tanto que casi pierde el conocimiento pero al momento que volteó su cara «lista para lo que se avecinara» sucedió algo más, ella no supo si fue Dios o su instinto de supervivencia, pero vió una botella de vidrio muy cerca de ella.

Trató de agárrala, pero estaba a punto de desmayarse, cerró los ojos y pensó en las Miles de mujeres que pasaban por esto, pensó que sería mejor así y no quedar en el mundo siendo una víctima de violación, pero  recordó la cara de Luna, esa chica por la que siempre daba todo y aunque ya no se encontrarán juntas, era la única persona que Nataly amaba.

Así que... Sí, no iba a morir allí, alcanzó la botella de vidrio, le dió un golpe fuerte contra el suelo, el tipo trató de evitarlo, pero antes de que pudiera hacer algo, el filo de la botella se enterró en su cuello, encajó a la perfección.

El tipo calló al lado de Nataly, a ella le importo poco y nada y le valió un carajo si estaba muerto, lo único que pasó por su cabeza  fue correr, corrió hasta llegar al  edifico que acordó con Luna.

Nataly abrió los ojos, ya estaba muy cerca, con las lágrimas rodando por sus mejillas y mucha frustración, su camisa desgarrada,sin zapatos, tenía miedo, al llegar al lugar acordado, Luna la miró.

«Maldita sea» pensó Luna, la rabia la carcomía por dentro, una furia que nunca había sentido, corrió hacia Nataly y choco contra su cuerpo, Se   derrumbó y sin poder aguantar más comenzó a llorar sin parar.

Luna se la llevó de ese lugar,la llevó a su habitación y la recostó en la cama. Una Dulce muy preocupada llegó por Nataly y al estar frente a la puerta, la tocó con todas sus fuerzas, hasta que Luna abrió, Dulce entró corriendo.
— ¿Dónde está? — preguntó, Luna le señalo el cuarto.

Dulce no se lo creía y se culpó por todo, Nataly estaba en la cama, no tenía ánimos de nada, y cuando vió a Dulce... Una rabia la invadió.

— Lo siento... — dijo Dulce con lágrimas en los ojos — Es mi culpa todo lo que te pasó.

Nataly no sabía que decir, era la primera vez en todo el tiempo que había conocido a Dulce que la veía disculparse y llorar.
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Semanas más tarde Nataly ya había sanado sus heridas, se encontraba bastante mal «Y confundida» .

Una noche de películas con Luna y Dulce le esperaban, y todo concurrió con normalidad, Luna y Nataly habían hablado sobre temas triviales y en ese momento, Nataly sonrió al recordar  la expresión de Dulce al enterarse que volvieron.

Las tres se acostaron en la cama, listas para dormir, ya tendida en la cama no podía conciliar el sueño, y... Digamos que tuvo una serie de pensamientos, lágrimas caían de sus ojos, la mano de Luna agarró la suya, y Dulce agarró su otra mano.
Nataly lloró  y  ni Luna ni Dulce dijeron algo, esa noche Nataly durmió muy complacida, porque su novia y su mejor amiga la protegían.

"Ella no quiere una flor, solo quiere que no la marchiten"

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