002: Amarga traición.

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Chapter 002: Amarga traición.

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Al día siguiente corrí junto con Feyre cuando nos dijeron que siete Nagas habían entrado por la madrugada.

Llegamos donde están los demás, muchos centinelas rodeando a Tamlin junto con Ianthe, hablando con un hombre.

Me paro cerca de Feyre, la cual se coloca delante de Lucien y mirando hacia su "pareja".

Los príncipes están al otro lado de la habitación, con ese hombre, Jurian.

El centinela está atado a un poste, siendo interrogado por Tamlin.

-Tú eras el encargado de custodiar esta propiedad y su gente- Le dice Tamlin al hombre, que temblaba, desnudo hasta la cintura.- Te encontraron anoche no solo dormido en los portones, sino que además fue tu juego de llaves el que desapareció.- Tamlin gruñe suavemente.- ¿Lo niegas?

-Yo... nunca me había dormido. Nunca había ocurrido hasta ahora. Debo de haber cabeceado durante un minuto o dos.- Tartamudea el hombre, temblando en su lugar.

-Has puesto en peligro las vidas de todos en esta habitación.

Tamlin de repente extiende una mano, y Bron le pasa un látigo, haciendo que mi cuerpo se tense como una cuerda.

Los látigos duelen horrores.

Ianthe de repente da un paso adelante, hablando con firmeza.- Veinte latigazos. Y uno más por el perdón del caldero.

Todas las miradas vuelven a ella, y veo como los centinelas vuelven sus rostros duros.

-Fue ella.- Jadea de repente el hombre atado y Feyre a mi lado me mira por un momento.

De repente las miradas van hacia ella nuevamente, la cual está un poco pálida pero con una mirada de suficiencia.

-¿Por qué iba a coger las llaves? Yo os advertí del ataque.- Se defiende la sacerdotisa y un plan viene a mi mente.

Después de una conversación con Feyre, me di cuenta que necesita que todos se vuelvan contra Tamlin, que nos empiecen a tomar cariño a nosotras.

Ella dijo que haría lo que fuera para que eso pasara.

Y su plan... puede ayudarme a mi a volver con mi familia.

Así que también estoy dispuesta a hacer cualquier cosa.

El centinela es inocente, todos pueden verlo.

Para cuando nos vayamos, tienen que ver que no estamos solo yéndonos, simplemente huyendo de los horrores de esta corte.

Lo que necesitamos es que nos vean como uno más, con cariño.

-Jamás habría pensado que uno de tus centinelas, Tamlin, cometería la bajeza de difundir mentiras para ahorrarse el dolor pasajero.- El rostro de Ianthe, como siempre, es sereno.

A court of destruction and shadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora