La hija de la luz y la oscuridad.
Aquella con el don de la destrucción y la vida.
Hija de la Luna Maldita, nacida bajo el lecho de la muerte.
Traerá horror y muerte en el Otro Lado, pozo oscuro.
La gloria llevará sus manos en la gran batalla.
...
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——————- Chapter 003: Sangre sobre la nieve. ——————
Atravesamos colinas, montes rocosos hasta que estamos cansados y nuestras piernas gruñen con dolor.
Estamos descansando en una cueva oscura, sentados contra paredes húmedas y rocosas.
La oscuridad nunca ha sido un problema para mi.
¿Un espacio cerrado? Mi mayor temor, culpo a mi abuelo.
Ignoro la conversación que tienen mis dos acompañantes, pensando en como pasé de amar estar sola rodeada de paredes a odiarlo.
Era uno de sus castigos favoritos, ese y ahogarme con agua.
Mi cuerpo era pequeño, cabía en lugares muy estrechos y él aprovechó eso. Le encantaba escuchar mis gritos cuando él me metía en esa caja llena de verbena y acónito, encerrarme ahí hasta que mis cuerdas vocales dolieran y no pudiera ni tragar saliva sin sentir un dolor atroz.
Me podía dejar ahí días, sin comida, sin agua, sin luz.
Solo yo, la oscuridad y mi caja.
La oscuridad... la oscuridad era comodidad. Si no había luz, no había mi abuelo.
Era reconfortante, me acunaba suavemente y arrollaba susurros. No es que yo le dijera a alguien alguna vez que la oscuridad me susurraba, que las sombras me mecían en momentos malos de mi vida.
-Tu tenías razón.- Vuelvo la vista hacia ellos.- La chica que conocía murió Bajo la Montaña.
-Al menos podemos estar de acuerdo en eso.- Asiente mi amiga afilando un cuchillo con tranquilidad.
-Realmente habías planeado esto.- Murmura el macho.
-Sí.
-¿Eso es lo que tienes que decir?
Bufo por lo bajo, golpeando mi cabeza contra la pared.
-Es demasiado arriesgado comer eso.- Señalo a Feyre, la cual olfatea su comida.
Lucien me ignora.- Yo lo sabía. Sabía que estabas mintiendo en el momento en que liberaste aquella luz en Hybern. Mi amiga en la Corte Amanecer tiene ese mismo poder: su luz es idéntica. Y no hace ninguna de esas cosas que tú dices.
Feyre por fin deja la mochila a mi lado y mira al muchacho.- ¿Entonces porque no dijiste nada? Eres su fiel perro en cualquier otro sentido.
Toso intentando esconder mi risa.
-Me alegra ver que la máscara a caído.
Mi rostro es totalmente de diversión mientras que el de Feyre es puro hielo.
-No se lo dije por dos razones. La primera es que sentí que era como patear aun hombre caído. No podía arrebatarle esa esperanza.- Pongo los ojos en blanco.- La segunda.- continua.- Es que yo sabía que si estaba en lo cierto y lo contaba, encontrarías alguna manera de asegurarte de que no pudiera verla nunca.
