La hija de la luz y la oscuridad.
Aquella con el don de la destrucción y la vida.
Hija de la Luna Maldita, nacida bajo el lecho de la muerte.
Traerá horror y muerte en el Otro Lado, pozo oscuro.
La gloria llevará sus manos en la gran batalla.
...
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Llegamos a un lugar bastante hermoso, siento la intensa mirada de mi compañero en mi espalda pero la ignoro a favor de ver a mi alrededor con curiosidad.
Las casas donde yo vivía eran grandes, con años de riqueza acumulada por mi padre y la gran herencia de mi madre.
Pero este lugar...
-Hay niños riendo en las calles.- Dice de repente Lucien y agudizo el oído para escuchar.
-Que lo hagan después del ataque de Hybern es un testimonio de cómo la gente de Velaris ha trabajado para la reconstrucción.- Dice una voz femenina y miro hacia delante, viendo a una mujer hermosa de cabello negro y corto.
Y sus ojos... ojos plateados.
Su mirada etérea se posa en mi y un rastro de sorpresa cruza su rostro. De un momento a otro está delante de mi, mirándome con curiosidad.- No eres de aquí.
Alzo una ceja por sus palabras.- Tú tampoco.- Debato cruzándome de brazos, intentando no sisear por el dolor en mi hombro, el cual tiene aún la flecha clavada.
Se gira hacia Feyre.- Y veo que has traído una nueva mascota.- Señala con la cabeza a Lucien y sonrío de forma lobuna. Algo de miedo parece cruzar el ojo sano del pelirrojo y hace una reverencia hacia la muchacha de cabello negro, alzo una ceja por ello y la mujer se ríe.- Ya entrenado, según veo.
-Amren, este es Lucien... Vanserra.- Le presenta Feyre.
-No uso ese apellido.- Se adelanta a decir y yo me rio.
-Con una familia así... cualquiera lo haría.- El macho me mira de mala manera y yo le sonrío con gracia.
-Ella es Lynette.- Dice simplemente Feyre y yo miro a Amren.
-Lynette Mikaelson.- Inclino mi cabeza y ella me mira con incredulidad.
-¿Mikaelson?
-¿Conoces mi apellido?
-Tú... ¿eres de los originales?- La miro con sorpresa.
-Soy hija de Niklaus.- Asiento y ella sonríe de repente.
-¿Cómo la hija de la Luna ha acabado aquí?- Sonríe con todos sus dientes y algunos se tensan a mi alrededor, ella inclina su cuerpo burlonamente y doy un paso hacia ella aún sin descruzar mis brazos.
