No prestaban atención a nada de lo que el sacerdote decía.
Se estaban casando y no podían estar más felices. Las madres de ellos lloraban sin control. Sus bebes ya estaban grandes y estaban comenzando a hacer una familia.
No sabían como habían llegado a ello. Pues en cuanto les contaron a sus padres sobre la promesa de matrimonio, estos dijeron: "No es necesario que esperen tanto, yo lo arreglo"
Si, Yeonjun era menor de edad, pero gracias a sus padres y varios intentos de estos, se estaban casando antes de lo que habían dicho.
¿Eso era algo malo o algo bueno? No le importaba. Él era feliz con Beomgyu.
Este tenía ya tres meses de embarazo e iba todo perfecto. Su pancita se había comenzado a notar, pero aún le cabía su antigua ropa. Pues era un amante de comprar dos tallas más grandes que la suya.
Pero debajo del traje que estaba usando, parecía una simple omega, si no fuera porque todos sabían que esperaba un bebe, no tendrían la menor idea.
Huening Kai miraba orgulloso a su mejor amigo, una pequeña lágrima cayo por sus ojos, estaba muy feliz por el omega. Soobin estaba al lado suyo, sonriendo hacia los novios, hacían una muy linda pareja.
Ambos novios salieron de su trance, solo cuando el sacerdote termino su discurso.
—Acepto —Dijeron los dos al mismo tiempo, con las sonrisas más grandes que había dado en toda su vida. El padre de Beomgyu les dio las sortijas y se besaron, recibiendo aplausos a todos los presentes.
Ahora si serían una verdadera familia.
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Beomgyu respiraba agitado, estar de parto era más difícil y doloroso de lo que imaginaba.
Inhalaba y exhalaba, las contracciones eran un verdadero martirio. Pero todo lo Valia para traer al mundo a sus dos pequeños. Porque si, a los cinco meses habían tenido la segunda radiografía, y habían tenido una pequeña sorpresa, y era que, en vez de un cachorro, serían dos. Había sido bastante curioso, ya que, en la primera ecografía, la pequeña no se había notado. Al parecer quería ser sorpresa.
Yeonjun a su lado le decía palabras cursis y de aliento en su oído para calmarlo, además de prestar su mano, la cual estaba roja de tanto ser apretada. Pero no le importaba, el dolor de su omega era más grande.
Después de unos cuantos empujes más, la sala se llenó de llantos. Ambos bebes nacieron muy sanos. Eran hermosos.
—¿Como los quieres llamar bebé? —Pregunto Yeonjun con el varón en brazos, mientras que Beomgyu estaba acostado con la niña.
—Choi Eunho y Choi Minjeong. —Beomgyu se notaba agotado, pero sonrió lo mejor que pudo, sus bebés eran hermosos, y tenía un esposo guapísimo. Su vida era perfecta.
—Bienvenidos a la pequeña familia Choi, los amamos mucho bebés.— Yeonjun dejo pequeños besos en las cabezas de sus hijos, y estos se removieron en medio del sueño.
Eran adorables, al igual que su padre omega.
—Gracias por darme una familia amor, te amo demasiado. —Les susurro en la oreja.
Todo era perfecto. ¿Qué más podían pedir?
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