𝗨𝗻𝗲

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June 10, 76'

Eran principios del verano del 76' ya estaba empezando el calor un calor cálido que arropaba el ambiente, todo empezó en un recinto de casas, en la casa treinta y cuatro a, y un  baterista de 24 años arreglando su maleta para un próximo viaje de la banda cuando derrepente se alteró escuchando unos gritos de los vecinos, gritos de pelea, el rubio se inclino hacia su ventana, la abrió lentamente y alcanzo a escuchar lo que decían los gritos.

— ¡s'il vous plaît vous devez prendre vos médicaments ils sont importants!

— ¡Je t'ai déjà dit que je n'ai pas l'intention de continuer à prendre ces médicaments, je vais continuer à prendre des médicaments si tu veux, oh non!

De un momento a otro, un sonido de un golpe de aquella casa como si la pelea se empezara a tornar violenta, el solo decidió cerrar la ventana, un poco asustado tratando de olvidar lo que vio y lo que escucho, ¿Acaso esa familia tenía problemas? Ya que llevaba días escuchando gritos y peleas en esa casa sin razón alguna,
Preguntas empezaron a llegar ala cabeza del rubio, pero como si de burbujas se tratasen, se explotaron al instante al escuchar el teléfono.

— ¡Rubia! ¿Como estas ya tienes lista la maleta? — pregunto freddie

— ¿Freddie eres tu?

— ¡Noo! Para nada, solo soy el chupacabras, roger querido obvio que soy yo.

— oh, hola Freddie estaba un poco despistado, y si ya tengo la maleta lista.

— ¡perfecto querido! nos vamos en una semana así que empieza a prepararte, nos vemos, ¡adiosito! — dijo freddie, y repentinamente, colgó el teléfono.

— ¿¡Espera en una semana?!

Freddie ya había colgado el teléfono, roger tenía planes, pero tendría que cancelarlos, porque se irían a Japón.

Roger, como todos los viernes siempre salía a un bar cercano, se dirigio a su inmenso guarda ropa, y le tomó horas y horas tratando de escoger que podría usar, hasta que al fin se decidió por unos pantalones de mezclilla, y una camisa blanca.

Al terminar, salió de su casa, dejando las llaves en la maceta de su planta favorita, sabía como diferenciarlas, entonces siempre las ponía ahí, para no perderlas.

Al instante de haber salido de casa, roger se percató en que había una chica a lo lejos en aquella casa de donde provenían los gritos y aquel golpe, observó a la menor más de cerca tratando de no acercarse, se percató que la chica tenía consigo un golpe en su cabeza y en su ojo un moretón, supuso que el golpe que escuchó hace un buen rato era de algo, alguien había golpeado a aquella chica, de la nada su instinto de cuidarla y protegerla a toda costa se activo, lo que yo le llamo "instinto paternal"

La chica estaba regando las plantas que se veían un poco desgastadas, se percató que alguien se estaba acercando, y del susto dio un pequeño brinco.

— hola, ¿oye todo en orden en tu casa quien causó esto?

— porfavor, no te acerques, me hagas nada. — dijo aterrada.

— no pretendo hacerte nada corazon, ¿estás bien, quien te hizo esos golpes?

— si le digo quien me los hizo, son más fuertes las consecuencias.

— ¿porque tendrían que haber consecuencias, te maltratan en tu casa o recibes algún tipo de violencia familiar? — pregunto roger con preocupación.

— no puedo seguir hablando contigo, lo único que te digo es gracias por preocuparte por mi. — afirmó la chica, queriendo terminar con aquella conversación.

— ¡Antes de que te vayas! ¿puedo saber almenos tu nombre?

— mi nombre es, Béatrice, Béatrice Fournier.

Béatrice después de haber tenido tenido una charla corta con el rubio, se dirigio hacia la puerta y entro de nuevo a su casa, roger se quedo afuera, para así escuchar lo que su único familiar le va a decir, su hermano.

— ¿à qui parlais-tu? — preguntó el francés

— avec personne.

— ¡Dis-moi la vérité!

— ¡no estaba hablando con nadie! — dijo cambiando de idioma repentinamente.

Rápidamente, aquel chico la agarró del cuello, acorralándola contra la pared sin dejarla respirar.

— mas te vale porque si no, sabes perfectamente lo que puede te pasar.

— ¡suéltame carajo!

El chico se resignó a soltarla después de tanto, a ella solo le bastó con irse a su habitación con lágrimas en sus ojos.

Mientras tanto, la mente de roger divagaba al pensar todas las cosas que esa niña a vivido mientras caminaba a su casa, ya no tenía ganas de salir después de todo lo que había escuchado, no se imaginaba el infierno  que la pequeña Béatrice estaba pasando, no sabía su edad pero supuso que Béatrice tenia unos trece, catorce años de edad, en donde el amor y la atención es importante.

Entre pensamientos, se dirigió a su casa hasta llegar, se puso su pijama, y callo en un profundo sueño entre tantas cosas en su cabeza.

Instinto Paternal; Roger Taylor✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora