HONGJOONG

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Había alguien al final del camino, oculto en medio del denso humo. Hombres, para ser exactos, los hombres con Fedora Negro que conocimos en nuestros sueños.

Uno de ellos se apoyaba en el muro, a duras penas manteniéndose en pie, y mi instinto me dijo que debía salvarlo.

Me lancé contra el muro de cristal. Pero no se movió. Golpeé el cristal de nuevo. El hombre por fin pudo escuchar el ruido y me miró.

ㅡ Por fin estás aquí ㅡ  Dijo sin quitarse la máscara. Al verlo, me quedé helado. Era yo. El hombre y yo teníamos el mismo rostro ㅡ Escucha, nosotros os llamamos ㅡ En vista de todas las cosas extrañas que habían ocurrido, sólo pude asentir ㅡ Estamos atrapados aquí y alguien debe hacer nuestro trabajo. Quizás ya lo hayas notado, pero este mundo necesita un cambio ㅡ

ㅡ ¿Por qué nosotros? ¿Por qué tenemos el mismo rostro? ㅡ Lo bombardeé con preguntas mientras intentaba romper el cristal que nos separaba. Aunque no logré hacerle ni un mínimo rasguño.

ㅡ No tengo tiempo para contarte toda la historia. Los guardianes nos verán en cuanto se disipe el humo. Haz lo que yo ㅡ

El hombre colocó su mano sobre el cristal y nos dijo que copiáramos sus movimientos. Así lo hicimos. Todos enfrentamos muros. A veces pensamos que el mundo sería un lugar más feliz si no hubiera barreras, pero eso no es cierto. Si obtuviéramos las cosas con facilidad, de la misma forma las perderiamos.

El hombre y yo nos miramos y sentí una indescriptible energía arremolinarse cerca de nosotros, una energía más allá de esta extraordinaria realidad, los hombres con nuestros rostros, las miles de preguntas sobre este mundo y todo lo demás. Poco después, sin darnos cuenta, vestíamos los trajes negros.

𝐀𝐭𝐞𝐞𝐳 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐲 𝐏𝐭. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora