lo que nunca te dije

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Empezó a dejar besos húmedos por todo su cuello, dejando marcas y leves mordidas, metió sus manos en el pantalón de su novio y empezó a estimularlo.

— Jimin, deja las manos quietas maldita sea. — apretó las manos con fuerza en el volante, soltando un jadeo.

— Sé cuánto te gusta que me porte mal. Y a mí me gusta hacerlo, porque después baby es castigado por daddy. Y es el momento más excitante y glorioso para él. — sonrió feliz y buscó la manera de bajar los pantalones de su novio junto con su ropa interior para empezar a dejar besos en su miembro, ayudándolo a despertar. — Mmm ~ para estar enojado conmigo, estás jodidamente caliente cariño. — tomó el miembro en su boca y empezó a chupar y jugar con él, pasaba su lengua por toda su extensión, desde la base hasta la punta, dejándola en ese lugar un tiempo, escuchándolo gruñir. Volvió a introducirlo por completo mientras con sus manos sacaba su ropa, y llevaba sus dedos hasta su entrada para empezar a prepararse.

Yoongi apretaba con fuerza el volante del coche, mordía sus labios tratando de acallar sus gemidos, agradecía que sus vidrios fueran lo suficientemente oscuros para que nadie pudiera ver nada. En un semáforo en rojo, enredó una de sus manos en el cabello de Jimin, y movió sus caderas, follando su boca. Se corrió en la boca de Jimin, con un gemido fuerte y placentero.

El menor tragó toda su esencia y se sentó de nuevo en su asiento, limpiando sus labios.
— ¿Sigues enojado conmigo?

— Lo estoy, todavía debes hacer más para que daddy te perdone. Ándale pequeño. Montame. — el joven asintió y se acomodó entre su novio y el volante, sintiéndose lleno una vez el miembro de su novio estuvo dentro de él.

— Daddy~ muéstrame que solo tú me llenas completamente — empezó a saltar, moviendo en círculos sus caderas mientras Yoongi abandonaba el volante y tomaba sus nalgas entre sus manos, apretándolas y dejando nalgadas.

— Me perteneces Jimin, deberías saberlo completamente — dio una embestida mientras apretaba el cuello de Jimin sin mucha fuerza. Este tomó el pulgar contrario y lo empezó a chupar mientras movía sus caderas al ritmo. El semáforo cambió a verde y los autos detrás de él empezaron a pitar.

— Muévete daddy... Bebé hará todo el trabajo. — y sin esperar más, arrancó el coche de nuevo mientras Jimin gemía y saltaba sin piedad en su miembro. — Ah~ daddy. Siempre tan increíble cuando de sexo se trata. Aunque te enojes conmigo, jamás podrás olvidar el buen sexo que te doy.

— Callate la boca y salta Park Jimin. ¿O quieres que recurra a las ligas? No sería mala idea al final de todo. — se detuvo una vez llegaron a la casa del más joven, y tomó sus caderas, siguiendo él el proceso.

Lo puso de espaldas a él y empezó a mover sus caderas, dando embestidas fuertes y certeras, mientras tomaba sus cabellos y los tiraba hacía atrás. Besaba, mordía y chupaba su cuello. Los vidrios empezaron a empañarse y el pequeño lugar se había convertido en un concierto de gemidos y jadeos. Llevándolos a ambos al borde, llegando al orgasmo juntos.  No podían detenerse, para ambos lo mejor siempre era el sexo después de una pelea, y sí el mayor estaba celoso, era aún mejor.

Pasaron a la parte de atrás del carro y lo hicieron una vez más, y otra, otra. Hasta que estuvieron tan agotados y satisfechos el uno del otro.