Treasure | bangtan boys book (hiatus).

𝟐𝟐. - 𝗽. 𝗷𝗶𝗺𝗶𝗻 ! ☆★

- ¿Qué tal si vemos una película?.-Hyorin estaba sentada a mi lado en el auto, ella hiba en el centro y con mi hermana a un lado.

- Claro, ¿Tienes en tu teléfono?.-Ella asintió buscando una.

Estábamos de camino a un extraño pueblo con mis padres, mi hermana y Hyorin, la hija de los señores Kim que nos estarían esperando en cuanto llegáramos a ese dichoso pueblo. Hace menos de dos semanas a mi madre le había llegado una llamada en donde le decían que había heredado un hotel por parte de su padre, pero, su padre biológico, a todos nos tomó por sorpresa.

Yo no me encontraba muy convencida ante la idea, la familia paterna de mi madre nunca había dado la cara y eran unos completos idiotas que lo único que sabían hacer, era criticar. Mi "abuelo" había fallecido hace algunos años, al parecer de una enfermedad pulmonar, a su sombra, había dejado propiedades a sus hijos, pero al parecer, las más importantes quedaron al nombre de mi madre.

El hotel (que era una de estas propiedades) estaba ubicado en un punto estratégico del pueblo, esto con la finalidad de que fuese visible para los turistas, estaba ambientado como en sus años dorados; los cincuentas y por lo que sabíamos, en algunas habitaciones, se encontraban personas viviendo, estas no podían ser echadas a la calle por mi madre, ya que pagaban el alquiler mensualmente. ¿A quien le gustaría vivir en un hotel?.

Me quedé mirando la película que Hyorin había puesto en su celular, era una película de terror, de sus favoritas y a pesar de que trataba de prestarle atención a la historia, un pensamiento frecuentaba mi mente.

• • •

Hyorin se había quedado dormida sobre mi hombro unos cuantos kilómetros antes de llegar al lugar, mis padres se reunieron con los padres de mi amiga en un acogedor restaurante y nosotras aprovechamos para comer algo, poco después, nos llevaron de camino a la nueva propiedad.

- ¿No es emocionante?, Podemos utilizar este hotel como un nuevo ingreso económico.-Dijo papá.

No los hacía falta el dinero, mis padres eran abogados reconocidos en Corea, tenían una firma bajo su nombre, el dinero llegaba bien a casa, personalmente, pensaba que no necesitábamos de otro ingreso, pero o discutí. El auto de detuvo frente a un inmenso edificio de quien sabe cuántos pisos, tenía las ventanas pulcras, unos cuantos arbustos adornaban la entrada y pude ver que contaba con un estacionamiento privado.

- Nos han dicho que existen algunos inquilinos, pero que no pueden ser hechados. Ustedes pueden tomar la habitación que gusten, hay miles.-El señor nos explicaba con calma.- Será mejor que descansen por hoy, mañana podrán tomarse un tiempo para investigar cómo está constituido.

Nos acercamos para ver qué llaves estaban disponibles y cada uno escogió una habitación que se veía relativamente cómoda, yo tomé la que traía el número 207. Me despedí Hyorin, ella me prometió que mañana pasaría por mí para salir a pasear un rato.

Cada uno de nosotros cuatro se fue a buscar la habitación que habíamos escogido, mi habitación quedaba en el cuarto piso, así que para no subir tantas escaleras tomé el ascensor. Las puertas se abrieron después de un rato, asomé mi cabeza para tantear el perímetro y en ese instante una sensación de miedo se apoderó de mí, solía ser muy ignorante ante todo eso, pero esta vez, no podía evitar sentir una mala vibra emanar de todo el lugar.

Caminé con sigilo hasta llegar a la puerta marcada con el número que escogí, metí la llave intentando no hacer ruido y antes de que pudiera girarla para batir la puerta, esta se abrió frente a mí dejando ver un chico de estatura un poco más alta que yo, cabellos rubios y unos bonitos labios regordetes.