Treasure | bangtan boys book (hiatus).

𝟏𝟗. - 𝗸. 𝘀𝗲𝗼𝗸𝗷𝗶𝗻 ! ☆★

-Básicamente, los Jonhson me dijeron que las cosas no estaban bien por este lado se la ciudad.-Dijo su padre dejando el periódico en la mesa.-Las pandillas del lado oeste están creando más alboroto de lo que pensamos todos, por lo que ahora es mucho más peligroso ir por eso lados.

-Yo creo que sí no nos metemos con ellos, ellos no se meterán con nosotros, es muy sencillo.-La hija mayor sacó a relucir su voz.

Era un bonito Sábado por la mañana, toda la familia estaba sentada en la mesa lista para tomar un favorable desayuno y comenzar el día de forma tranquila, había servida los platos huevos preparados con algunas especias, tocino frito, café y pan tostado con mermelada o mantequilla. El padre había salido esta mañana a resolver algunos asuntos del trabajos y en el camino de regreso a casa se encontró con el señor Jonhson quien le dió la noticia de que todas las pandillas estaban nuevamente en duelo.

La mayoría de las personas tenían a los jóvenes relacionados con las pandillas como personas de mala fe, aquellos que solo pensaban en romper las reglas por qué les parecía divertido, jóvenes a los que les importaba más el alcohol y las drogas que formarse un futuro que les permitiera vivir mejor. Para la sociedad eran solamente delincuentes juveniles.

-Por favor ____. Toda la ciudad sabe que son jóvenes buenos para nada, no sirven para nada en la sociedad, ¿Tu crees que ellos podrían ayudar al país en caso de una emergencia?. ¡Claro que no!.-Su padre la miró molesto.-¡Son unos patanes!, Esos tipos no deberían de existir.

Aquel comentario hizo doler el pecho de ___, regreso su mirada molesta hacia su hija tratando de hacer que comprendiera sus pensamientos, claro que ella tenía un pensamiento diferente a los demás sobre aquellos jóvenes, ya que a ella se le había dado la oportunidad de conocerlos mejor que nadie.

-Ni siquiera los conoces.-Dijo ella sentándose a comer su desayuno tratando de mantener la compostura.

-¡¿Y tú si?!.-Estalló su padre.

-¡Sí!, ¡Me he tomado el tiempo de conocerlos y te puedo decir que muchos de ellos son mejores personas que la sociedad en común!, ¿Es que no lo entiendes padre?, Crees tener toda la razón, pero solo te fijas por los comentarios de los demás, no aceptas tus errores pero te empeñas en buscar los errores de los demás.-Se levantó de la mesa.-Son seres humanos como tú y como yo, supongo que lo mínimo que podemos hacer es intentar comprenderlos, ellos han pasado una vida aún más difícil que la tuya y que la mía. Deja de ser tan cruel por un momento.

Diciendo eso y con notable molestia se levantó de la mesa, tomó su mochila y salió con pasos firmes de la casa. Tal vez aquella acción podía hacerla ver como una estúpida mimada, pero en verdad era molesto el saber que su padre le interesaba juzgar a las personas que saber cómo son en verdad.

Era las nueve de la mañana, no hacía frío y el sol calentaba el ambiente poco a poco, aún estaba molesta y no quería regresar a sí casa hasta pasada unas horas, así que decidió ir a casa de las únicas personas que en cierto modo la comprendían, pero que no eran bien recibidos antes la sociedad del país. Los hermanos Kim eran parte de la pandilla "Bangtan", eran siete los que estaban dentro de esta.

Kim Namjoon, Kim Seokjin y Kim Taehyung, eran los tres hermanos, Seokjin era el más conocido por toda la ciudad, pues poseía una belleza inigualable que le ayudo a ser catalogado como una estrella de cine. Namjoon era el más inteligente y líder de la pandilla, a pesar de ser menos que Seokjin tenía una peculiar forma de cuidar a los que Ana y llevar las cosas en orden, el al igual que Seokjin había dejado la escuela para trabajar y ayudar al mantenimiento del hogar.

Taehyung era el último hermano y el menor de los Kim, era conocido por ser soñador, por su amor a la lectura y aquella sonrisa cuadrada que le daba un toque inocente en todos los aspectos.