Mentiras

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   Cuándo llegué al departamento, Baekyung me esperaba en la sala — ¿A dónde fuiste? — preguntó sentado en el sofá.

Y ahí comenzó todo... La primera mentira.

— Había dejado el celular en la oficina, como tardas mucho duchándote decidí ir rápido.

Tragué saliva nervioso. Él se puso de pie y cruzó sus brazos sobre mis hombros — Date una ducha, quiero que hagamos el amor, estoy muy cargado — finalizó dándome un beso.

El sexo con Baekyung era siempre suave, le gustaban las palabras bonitas y el trato delicado, follábamos al menos una vez a la semana, pero desde que volví a ver a Jimin hace un par de días todo en mí se había descontrolado.

— Espérame en la habitación, cariño — dije antes de besar su frente y adentrarme al baño.

Tenía que cumplirle o pensaría que algo pasaba. Cuando entré revisé mi teléfono y tenía un mensaje con una fotografía de él sonriendo "Ya estoy dentro, gracias" sonreí como estúpido y le respondí con una manito levantando el pulgar.

No quería meterlo en problemas.

  Me desvestí en cámara lenta y jamás tardé tanto en la ducha. Cuando salí, él ya estaba dormido.

Y... Me sentí como una basura, porque lamentablemente me alegré de que estuviese durmiendo para no tener que hacerlo con él.

Por la mañana me despertó una sensación de calor sobre mi falo, levanté la sábana y ahí estaba mi novio, haciéndome una felación. Nunca lo hacía. En un año que teníamos juntos lo había hecho 3 veces porque le daba asco... Fué realmente raro despertar de esa forma — ¿Qué haces? — hablé con voz ronca.

— Anoche me dormí sin que hiciéramos el amor — dijo sacando mi pene de su boca — quiero compensarte, solo avísame cuando te vayas a correr para que no la eches en mi boca, por favor — pidió volviendo a chupar despacio.

Dejé caer mi cabeza sobre la almohada tratando de concentrarme en lo que él hacía. Pero mi celular comenzó a sonar. Estiré el brazo y lo tomé de la mesita de noche, Baekyung seguía haciéndome sexo oral.

— ¿Hola? — contesté sin siquiera ver la pantalla.

— ¿Llegas tarde hoy? — esa voz... Miré sorprendido de que me estuviese llamando, y vi su nombre iluminado frente a mis ojos "Jimin" no pude evitar ponerme nervioso.

— B-buenos días — fué lo que pude decir. Baekyung detuvo su marcha y me miró levantando una ceja — Ya estoy por salir ¿Ocurre algo?

— ¿Desayunamos juntos? — mierda, mierda, mierda ¿Cómo carajos le digo que siempre desayuno con mi novio?

— Creo que sí, te llamo en unos minutos — cagado de nervios colgué.

Baekyung me preguntó — ¿Quién era?

— Del trabajo, debo ir, ya sabes que estamos empezando el proyecto del casino.

— ¿Y por qué tan nervioso? — cuestionó con un toque de duda en su voz.

— Me la estabas mamando, obviamente que iba a estar nervioso al responder una llamada de la empresa — le dí la vuelta al tema, mi pene ya se había bajado por completo.

— No hables así de vulgar, sabes que lo detesto — se quejó, poniéndose de pie — me iré a duchar.

  Y sin más, salió de la habitación. Cuando estaba molesto se duchaba en el baño de invitados. Siempre lo hacía...

De todos modos no entendía porqué estaba tan molesto. No le he dado motivos ¿O sí?

Me bañé y vestí de velocidad para salir de casa. Baek tendría que irse en su auto.

Sabía perfectamente que no me estaba comportando de la mejor manera pero Jimin me descontrolaba.

   Lo llamé cuando iba llegando a la empresa, sin embargo, colgué de inmediato al verlo sentado en la misma banca de la noche, eran las 7:30 AM, teníamos media hora para comer.

— Muy buenos días — saludé bajando la ventana.

Él sonrió y sin decir nada subió a mi auto, una vez sentado a mi lado habló — Tengo hambre.

— Vayamos por un desayuno ejecutivo, conozco un lugar cerca donde es delicioso.

Mis ojos viajaron a sus piernas, ese pantalón de su traje le ajustaba perfectamente. Desvíe la mirada a otro lado.

— Gracias por llevarme a casa anoche, de verdad lo agradezco.

— ¿Qué pasó con tu marido? ¿Por qué no fué a buscarte?

— Él... Tenía un compromiso del cual no pudo escapar.

— Al menos un puto taxi pudo haber enviado por tí.

— No hizo falta, un chico muy atento me llevó — me regaló un sonrisa radiante.

Nuestro desayuno fue ameno. Hablábamos poco y sonreíamos mucho. Un rato después estábamos de vuelta.

  Hoy mostraría los planos de construcción a los trabajadores e iríamos a registrar junto al dueño del casino el lugar a su nombre.

El día pasó volando y no sé si era yo o pude notar como algunas veces me estaba mirando más de lo normal y eso me ponía ansioso, porque aunque no quisiera, lo imaginaba como el día que lo conocí, de espalda hacia mí, sacando el culo para que yo lo follase.

— Esto sería todo, firme aquí — dijo la chica de la registraduría a Min Yoongi: el dueño del casino. Este firmó y volteó a mirarnos sonriendo.

— ¡Tenemos que celebrar! —  exclamó, pasando un brazo entre cada hombro quedando justo en el medio de nosotros — vayamos a mi bar a tomar un copa, si tienen esposas pues díganles que van a llegar tarde.

Él y yo nos miramos divertidos.

Esposas...

Y bueno... Lo siento, Bae, pero hoy no llegaré a cenar.

   

Brown eyes - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora