^Libreta^

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La de menor estatura observa a su amiga y se podría decir casi criada, el azabache masticaba hambriento. La chica de coletas bajas apoyaba su mentón en su mano izquierda hecha un puño, mordía levemente su labio inferior absorta en sus pensamientos de fresa. 

–Hace cuánto dices que está así? –cuestiona dudosa Moon.

–Desde que le dejé en casa anoche –afirmó antes de acabar de un trago toda su bebida– voy a por el postre, os traigo el vuestro? 

Suspira intentando liberar su mente de esas imaginaciones absurdas sobre el destino y el número tres. Asiente a la par de su amiga agradeciendo los servicios de Jeon. 

–Me repites desde cuándo eres tan cercana al apuesto nuevo integrante del grupo? 

–Nunca fuimos un grupo, técnicamente éramos un dúo– encoge sus hombros y aparta unos mechones de mayor longitud que su flequillo posicionados a los costados de este. 

–No cambies el tema– entrecerró sus ojos asesinándole mentalmente con la mirada ya que para nada lucía amenazadora, por su desgracia. 

–Fue él quién quiso venir conmigo a comprar después de limpiar 

–Te dije que era bueno– se recuesta en su respaldo con una sonrisa de victoria.  –de todas formas, creo que aquí hay gato encerrado– vuelve a inclinarse hacia su menor formando un triangulo con sus manos sobre la mesa igual que una empresaria o villana de Disney.

–Es mejor de lo que me esperaba, admito que tenía ciertos prejuicios en él– le miró a distancia con la bandeja entre manos a escasos metros de ellas– pero él no es al que busco.

–Serviros vosotras mismas– alardeó de su caballería dejando la bandeja sobre la mesa entre ambas muchachas. –también traje un batido de fresa para la pensadora del día. 

Esta miró durante un par de segundos a la mano del chico Busan sosteniendo un batido de cartón típico de la cafetería, por un momento le provocó curiosidad el sabor pero optó por rechazar el detalle. Sabía que no le gustaría así que no quiso malgastar un batido. El azabache sintió rabia, se estaba esforzando por ser amable, incluso le ayudó con los ridículos recados de esa niña de mamá. Eso era lo que corría por la mente del chico presente en la mesa. Mientras veía a la chica alejarse escuchaba serio a Moon recordar le una y otra vez los gustos de la ahora ausente. Él sabía que ya se ganó a la de menor estatura, ella ya pensaba bien de él, pero no estaba muy convencido de la mayor del combo. Tenía que asegurarse de ser lo suficiente bueno con ella y ganársela. Necesitaba dejar de escuchar la voz de su progenitora en su cabeza. Mientras tanto la menuda estaba convencida de que ese 'hombretón' gustaba de su amiga y como buena amiga fiel debe ayudarle a conquistarla y así poder hacerle un "favor". 

T/N sentada en la fuente contemplaba las hojas secas dar vueltas con la ligera brisa de media mañana. Estaba pensando. Lo del destino será real? Jungkook dijo que se lo encontraría tres veces seguidas si fuera obra de éste, su unnie le dijo que siempre había estado ahí pero hasta ahora no notó su presencia, si ahora la notó tuvo que ser por cosas del destino pero no se lo encontró tres veces. Cosas así de sin sentido eran las que mantenían a la chica concentrada en sus propias contradicciones, tanto que otra vez ignoró involuntariamente la presencia del culpable de sus enredos mentales.

–Esta vez eres muda de verdad? 

Alzó la mirada y ahí se lo encontró, más bien dicho él se la encontró. Se levantó de golpe y se quedó en silencio, suficiente hablaban sus pulsaciones por ella. Es del susto. Eso se decía. Esto no cuenta, él me ha encontrado a mi, no yo a él. Era encontrarlo yo tres veces por accidente. 

–No quería asustarte– se acerca a ella y señala hacia la fuente, justo donde estaba antes sentada. Ahí vio una libreta color café claro cerrada con un elástico de café, esta vez oscuro.

–Es tuya?– musitó sin poder mirarle a los ojos directamente. 

El muchacho de 1,92 asintió con la cabeza y después de cogerla la alzó hasta la altura del rostro de la contraria 

–Adiós– concluyó con una diminuta sonrisa algo inexpresiva obviamente creada para no dejar el escenario tan frío. Dicho esto se retiró del lugar junto con la estabilidad del aliento femenino. 

 Faltaba poco para que terminara el descanso entre clases, la alarma de su dispositivo se lo declaró. Ella es distraída con los horarios entonces se prepara unas alarmas que le ayuden a ubicarse durante las horas de clase en el día. Todas suelen vibrar para no molestar a los profesores pero la del descanso tenía la melodía de su canción favorita para no pasar desapercibida. Al oírla sacudió su cabeza y ropa, se arregló el cabello como pudo con las manos y corrió a la cafetería para reunirse con sus amigos. Ellos le esperaban en la mesa de antes mientras jugaban con los palillos a un juego que Moon se inventó en el primer curso para matar los ratos vacíos después de comer cuando ya no saben de qué hablar. Se estaba acercando cuando alguien le detiene posando la mano sobre su hombro y anunciando su nombre por lo bajo, actuación digna de película policíaca. La alumna se altera y mira a quién le llamó. 

–He escuchado unas cosas por ahí que a lo mejor te interesan 

–Unnie! No vuelvas a hacer eso– le regañó como si hubieran intercambiado sus edades.

Hablaban en un tono de voz flojo, no estaba bien visto que los alumnos y los que trabajan en la escuela tengan relación fuera de la establecida por la escuela. Daba igual que fuera profesor, tutor, conserje, etc. Ni ella siendo la chica de la cafetería se libra de las miradas y/o rumores.  

–El chico del que te hablé la última vez, me he enterado de algunas cosas que dicen de él y que él mismo ha hecho– fingió recoger algo del suelo como si fuera algo de la alumna y le iba a entregar, las malas lenguas de ese lugar son muy pícaras- es alguien raro, seguro que te gusta? 

–Unnie, él no me gusta– desanimada le siguió la corriente tomando algo imaginario de la mano de su mayor y lo guarda en el bolsillo de su cardigan, no es la primera vez que lo hacen– déjalo, no quiero saber nada, prefiero concentrarme en los estudios y Moon, además creo que hemos hecho un nuevo amigo– miró al nuevo con la cabeza algo ladeada inspeccionándolo

–Como te las gastas T/N, es el nuevo? Reconozco que es un mozo con encanto– ríe y le da un golpe flojo en el hombro con aires de motivación– sigue estudiando mucho, cuando te canses sabes donde encontrarme. Ah! y si quieres informarte sobre el nuevo temario pregúntame, sé un par de cosas que te ayudarían 

Dijo lo último y guiñó su ojo derecho antes de volver a su trabajo. Estaba claro que su alumna favorita entendió a lo que se refería. Además era buen momento para devolverle el favor.

The Strawberry Boy~ (Rowoon.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora