✩⌒⌒⌒⌒⌒ 승인
❝Kim Seungmin no quiere aceptar que le gustan los chicos. Kim Seungmin no quiere aceptar que le gusta Yang Jeongin❞.
✯ˎˊ˗ seungmin top ⋆ jeongin bottom.
✯ˎˊ˗ inicio de publicación: 20/2/2022.
✯ˎˊ˗ fin de publicación...
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La puerta del apartamento de Jeongin nuevamente sonó, solo que esta vez no molestó tanto al individuo debido a que sabía que del otro lado se iba a encontrar su novio, sonriéndole ahora a él y no a su victoriosa cita con alguna otra mujer.
Jeongin abrió la puerta y dejó entrar a Seungmin, quien dejó una bolsita sobre la mesa como era de costumbre cada vez que iba hacia su hogar. Este se agachó un poquito para alcanzar los labios de su dongsaeng debido a que Jeongin era un poquito más bajo que él.
—Buenos días —saludó Seungmin—. ¿Dormiste bien? Deberíamos salir hoy.
—Salimos hace unos días. —Jeongin lo miró desconcertado, ganándose una risa de parte del contrario—. ¿Qué?
—¿No quieres salir conmigo?
—No es eso, solo que sabes que no podemos tomarnos de la mano o mimarnos explícitamente si estamos en público.
Seungmin rodó sus ojos y, nuevamente, unió de manera corta sus labios con los del menor
—Entonces vamos a mi casa, mamá no nos molestará tanto porque tiene cosas que hacer.
Jeongin asintió, siempre se salía con la suya si se trataba de convencer a Seungmin y cambiar sus planes.
Cuando Jeongin estaba listo para salir, ambos dejaron el departamento y fueron al hogar de Seungmin. Pero en el camino se detuvieron para poder ver unos peluches que le gustaron al mayor y captaron la atención de Jeongin, los compraron y siguieron su camino.
Poco antes de llegar a la casa de los Kim, Seungmin tomó la mano de Jeongin con cuidado entre la suya y se sorprendió al no sentir el rechazo que generalmente se ganaba con un “nos pueden decir algo”, porque —a pesar de todo— ambos no estaban preparados para recibir odio público solo por ser homosexuales. Incluso en el siglo veintiuno se sentía como si fuera el siglo diecinueve si se vive en Corea.
—¡Llegué!
—¿Minnie? Creí que ibas a salir con... Oh, Innie, hola. —La voz de la madre de Seungmin se hizo presente en la sala—. Supongo que de nuevo te saliste con la tuya, ¿no?
Jeongin asintió triunfante, y Seungmin bufó al ver que su madre chocaba los cinco con su novio. Los dos juntos lo iban a volver loco.
—Bien, vayan. Yo los llamaré para el almuerzo, aunque seguro Innie ni siquiera ha desayunado
—Sí lo hice. —Jeongin rio.
—Sí, me sorprende cada día más —dramatiza Seungmin, ganándose un leve golpecito de parte de Jeongin.
Ambos finalmente caminaron hasta la habitación de Seungmin. Estuvieron un rato hablando de videojuegos y, después, se pusieron a jugar con los peluches de manera infantil pero bromista a la vez, hasta que, en un movimiento rápido, Seungmin le apartó el peluche de las manos a Jeongin, quien no se quedó atrás y se lanzó sobre su novio para poder alcanzar el peluche color azul pastel, pero este lo alzó hacia el cielo para que no lo tomase.
—Dámelo —reclamó Jeongin, sentándose sobre el regazo de Seungmin, quien estaba sentado en la cama aún alzando el peluche de felpa.
—A cambio de un besito te lo daré.
Jeongin rodó sus ojos y le dio un corto beso en su boquita, esperando su recompensa.
—Cambié de opinión. No te lo daré.
Seungmin sonrió de manera burlona y Jeongin frunció su ceño para comenzar a estirar su mano nuevamente hacia arriba.
En un acto inocente, Jeongin dio un pequeño saltito que a Seungmin le puso los pelos de punta al sentir el peso de su dongsaeng rozar con su entrepierna, más sintiendo los muslos del adverso apegados a sus caderas y tenerlo tan cerca... lo sacó de sus casillas.
—Innie...
Jeongin miró algo confuso a su novio por el repentino cambio de voz; pero no pudo preguntar nada debido a que los hermosos y esponjosos labios de este ya estaban apegados a los suyos, devorando su boca de manera lenta y bastante tranquila.
Las manos de Seungmin bajaron hasta la cintura de Jeongin y lo apegó más a su cuerpo, con tan poco ya se estaba calentando demasiado en apenas un par de segundos, pero Jeongin no se quedaba atrás, había fantaseado tantas veces en un pasado estar así con Seungmin que lo hacía sentir tan bien ahora que se estaba volviendo realidad.
Jeongin mordió de manera tímida el labio de Seungmin y, después, volvió a unir sus labios; mas en un descuido no supo cuando la cálida lengua de Seungmin ya estaba irrumpiendo en su boca y acabando con la poca tranquilidad interior que le quedaba.
Seungmin deslizó sus manos hasta los muslos del menor, apretando la piel sobre los jeans que tenía puestos y pasando la palma de sus manos por lugares los que deseó recorrer más de una vez, pero negaba aceptar.
Y, entonces, la puerta fue tocada un par de veces, haciendo que ambos se alejaran con rapidez y susto.
—Pueden bajar. —La voz de la señora Kim se hizo presente—. Apúrense, que la comida se enfría.
—Ya se enfrió —susurró Kim, sobre los rosados labios de su novio.
Y ambos tuvieron que bajar, simulando que nada había pasado o iba a pasar en esas cuatro paredes que eran testigo de muchas cosas, tanto el primer beso que Seungmin le robó a Jeongin hasta las veces que la madre del mayor no los interrumpió.
Fin.
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