Alessandra es condenada a reevivir su adolescencia cuando una misión secreta sale mal.
Sin imaginarse que años después, una familia disfuncional traería consigo el fin del mundo, y con ello un hombre/adolescente que no hace mas que causarle problema...
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AL LLEGAR, EL SUELO la recibió, cayendo de espaldas sobre una fuerte capa de nieve.
Había una tormenta demasiado intensa.
—Ven Alessandra, te ayudo —Cinco apareció en su campo de visión, tenía la mano extendida para que ella la tomara.
—Gracias —agradeció la chica con sinceridad, poniéndose de pie con su ayuda y sacudiendo su vestido.
—Que idea tan brillante, Lila. Bienvenidos a la Era de Hielo —ironizó el pelinegro.
—Cállate y mira.
Los tres se dieron media vuelta, observando la gran estructura desolada.
—¿Eso es la Comisión? —preguntó la pelirroja en voz alta, abrazándose a sí misma del frío que sentía.
—Al parecer.
La mayor comenzó a trotar hacia allí mientras reía, haciendo que los dos adolescentes la siguieran con rapidez.
Cuando llegaron, cruzaron la gran puerta con precaución, esquivando unos cuantos escombros en el camino.
—Santo cielo —soltó Lila, mirando a su alrededor—. Estuve aquí hace poco. ¿Cuánto tiempo pasó en verdad?
—Parece que la paradoja del abuelo afecta hasta a los sitios fuera de tiempo —comentó Cinco con un deje de impresión, dejando el maletín en el suelo.
—¿Es posible?
—Hace tiempo que eso ya no importa.
Segundos después, algunos pedazos de madera cayeron del techo, pero antes de que los golpearan, la pelirroja extendió una de sus manos hacia arriba, protegiéndolos.
—Buenos reflejos —alagó el menor—, pero démonos prisa. Yo y Alessandra revisaremos el Tablero del Infinito —agarró de nuevo sus pertenencias.
—¿Y por qué ella no puede venir conmigo? —preguntó Lila para molestarlo, lo cual consiguió.
—Porque no —respondió, tomando de la muñeca a la chica.
—A este paso voy a quedarme sin mano —exageró la misma, sin oponerse.
Comenzaron a subir las escaleras, ella siguiéndolo a él por supuesto.
—¡Yo revisaré la oficina de Herb! —exclamó Lila en el piso de abajo—. ¡Esa cucaracha seguro sobrevivió!
Alessandra soltó una pequeña risita, Lila le resultaba muy divertida.
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