Venganza 4
Rebecca siempre pensó que los villanos de que su vida sea arruinada fueron la familia Donquixote y más que todo la principal villana era nada más y nada menos que la mujer que le quitó al marido de su tía, en palabras de su tía aquella mujer era un demonio que engatusaba a cada hombre que se le cruzaba por el camino y los destruía, ella no dudaba en absoluto de las palabras de su tío por lo que acepto a hacer lo que su tía le pidió, su misión era simple, lograr separar a Lucy de Doflamingo y así ofrecer comida con somníferos a la chica para que así pierda la conciencia, Rebecca se acercó aprovechando que su abuelo hablaba con Doflamingo, vio como la chica disimulaba un bostezo, además de que vio como babeaba por la comida pero por alguna razón no se acercaba,
— Veo que te estás aburriendo mucho — la chica primero asintió energéticamente pero luego de darse cuenta de lo que hizo negó bruscamente, Rebecca se río por el actuar de ella, — Si te soy sincera yo también estoy muy aburrida, que ta parece si hacemos un paseo — la chica no dudo ni un poco,
— Vamos — dijo alegre tomando de la muñeca a Rebecca haciendo que ambos corran pero nuevamente la chica se dio cuenta de algo y empezó a caminar despacio, Rebecca solo podía reírse de esta situación, el paseo no duró mucho pero para la perspectiva de la pelirosa fue divertido, lograron entrar a la cocina y robarse un poco de comida
— Que bueno que no esté Sanji — dijo la chica, luego llegaron hasta una oficina vacía para poder comer, Rebecca empezó a dudar un poco del plan de su tía ya Lucy no era nada de lo que le había dicho, más bien se le hacía una chica sincera, impulsiva y muy divertida, actuaba torpe pero al poco tiempo rectificaba sus errores diciendo,
— ¡¡Ah Maldición!! Así no actúa una dama — luego se tapaba la boca — ¡¡Las damas no maldicen!! —
después empezaron a hablar y Rebecca le contó toda su historia y de cómo la empresa cayó a manos de Doflamingo, en la compañía todos odiaban a su abuelo por un supuesto fraude que había cometido llevando casi a la bancarrota, las consecuencias que pasaron fueron amenazas de muerte a toda la familia Riku por parte de todos los ex trabajadores de Dressrosa, Doflamingo apaciguó a la gente dando una inmediata solución al problema logrando salvar a la compañía, poco después se divorció de Viola tomando el control total de la Compañía,
— Entonces Mingo es bueno ¿Verdad? — afirmó la chica pero vio como Rebecca apretaba los pliegues de su vestido,
— No es así Lucy-san, fue Doflamingo que le hizo una trampa a mi abuelo, ese hombre provocó el quiebre de la empresa, y por ello, — Rebecca paró un poco y sus lágrimas — por eso mataron a mi madre, — termino de decir con lágrimas en sus ojos, — todo este tiempo mi abuelo y yo hemos vivido un infierno, solo una persona nos ha ayudado, un ex soldado que solo tiene una pierna, se que no debería decirte eso porque no me creerás ¿Verdad? — Rebecca levantó la mirada viendo como el rostro de la chica se enojaba,
— Ese maldito de Mingo como se atreve a hacerte eso, — la chica se paró de golpe soltando el plato vacío, Rebecca se impresionó por el hecho de que los somníferos no estaban dando efecto, pero también le creyó lo que había dicho, ella pensaba como había una persona tan inocente en un mundo como este, — Te agradezco por la comida que me diste Rebecca y por ello pagaré mi deuda dándole una muy buena paliza a Mingo y hacer que te pida perdón — la chica movia su brazo como si estuviera calentado,
— ¡¡Eh!!¡¡Espera Lucy-san!! No puedes ir dando palizas a los hombres — Rebecca trataba de detener a Lucy pero al parecer la pequeña chica era demasiado fuerte por lo que no podía detenerla, hasta que de la nada la chica cayó al suelo, Rebecca se asustó por el golpe que la chica se dio al caer, la revisó de inmediato viendo que la chica roncaba fuertemente,
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UN CAMINO HACIA UNA MALDICION
Fiksi PenggemarSu cuerpo algo que lo tienta, la lujuria vista en su mirada capaz de hacer perder en locura a cualquiera, la suavidad de sus labios lleva a éxtasis, todo de él es pecado pero eso lo hace mas apetecible, el solo mirarlo lleva a mandar al diablo la ra...