In Another Life [YeonGyu]

8

"¿Oye, YeonJun?"

"¿Hm?"

"¿Cuándo crees que vaya a nevar?"

"No sé... La nieve cae al azar."

"Sí, pero... ¿Crees que nevará pronto? ¿O quizás enero?"

"Eso espero. Eso estaría bien. Corea necesita un poco de más de nieve de vez en cuando."

"Sí... Sí. Cuando cae, quiero salir y pararme en él."

YeonJun se sentó con las piernas cruzadas en el asiento adyacente a la cama de BeomGyu. Levantó la vista hacia el enfermo cuando dijo esas palabras, tratando de encontrar su mirada, pero finalmente no encontró sus ojos azules. BeomGyu tenía la cabeza vuelta hacia otro lado.

Estaba mirando las nubes blancas que cubrían los cielos, hipnotizado por lo incoloro que hacía que todo pareciera. Fue uno de esos "días blancos" como a BeomGyu le gustaba llamarlos, así que prestó mucha más atención al mundo más allá del cristal que a su propia vida confinada en el hospital. BeomGyu respiró profundamente, el sonido llenó el pequeño espacio a su alrededor. Las sábanas se arrugaron bajo sus manos.

"¿Estás seguro de que deberías salir al frío así?"

"Creo que puedo manejarlo."

YeonJun no quería mencionar el hecho de que BeomGyu probablemente ya no poseería la capacidad de caminar para cuando cayera la nieve, por lo que mantuvo la boca cerrada. Se frotó las manos débilmente e inclinó la cabeza hacia un lado.

"Creo que puedes... siempre y cuando te sientas mejor".

BeomGyu se burló. Era un sonido tranquilo.

"Lo estoy. Deja de preguntar ya. Eso fue hace seis días."

"Lo sé, pero fue malo".

"Pasó." BeomGyu giró su cabeza, la almohada se arrugó su cuello. Miró a YeonJun con ojos pesados. Estaba extremadamente pálido, y de alguna manera más delgado que antes, pero mantuvo esa misma sonrisa en su rostro. "Estoy bien ahora."

YeonJun no pudo evitar sonreírle. Apoyó la barbilla contra la palma de la mano y se rió.

"O al menos tan bien como puedas."

BeomGyu miró a YeonJun bruscamente. Sus labios temblaron antes de que pudiera formar sus palabras.

"Cállate." Una risa más fuerte estalló en él, sacudiendo su cuerpo mientras se acostaba en la cama. "Me veo... como una mierda, lo sé."

YeonJun se encontró riendo junto a él. Su risa tranquila fue más fuerte que la risa sincera de BeomGyu.

"No lo eres. No pareces un mierda." Trató de ocultar su sonrisa con la mano, pero aún era visible por los espacios entre sus dedos.

BeomGyu extendió una mano, sin rumbo, tratando de alejar la mano de YeonJun. Intentó apuntar al menos, pero le resultó difícil. Aún así, continuó.

"No cubras eso."

"¿Cubrir qué?"

"Tu sonrisa."

"¿Por qué? No es nada especial-"

"Apenas la veo." Los dedos de BeomGyu tocaron los nudillos de YeonJun. Eso fue suficiente para que YeonJun retirara su mano de su boca lentamente, moviéndola para descansarla sobre su barbilla. Él le sonrió.

Los ojos de BeomGyu miraban frente con una mirada absorta, sus tonos azules tomando una imagen mental de lo que probablemente nunca volvería a ver. Muchas palabras pasaron por su mente, pero solo podía pensar en 2 que sería mejor decirle a YeonJun. Intentó abrir la boca para decirlas, pero realizó otra acción en su lugar. Inconscientemente, su mano agarró la de YeonJun y la arrastró hacia abajo con poca fuerza, causando que ambos se sobresaltaran. Los ojos de BeomGyu se abrieron.

"Yo- pensé que lo harías... la sostendrías-"

"Fue repentino". YeonJun ahogó una risa. "Me tomó por sorpresa."

"No quise hacerlo... yo..."

"Esta bien." Alisó su pulgar sobre los nudillos de BeomGyu. "Estoy... sosteniéndola ahora."

En silencio y casi fascinado, BeomGyu miró a YeonJun una vez más, esta vez más tiempo antes de mirar hacia arriba, luego hacia abajo y luego hacia otro lado. Volvió la cabeza hacia la ventana, lejos de YeonJun. No podía enfrentarlo.

Frunciendo los labios tímidamente, YeonJun dejó de hablar. Estudió la parte posterior de la cabeza de BeomGyu, observó los desordenados mechones de cabello negro que se superponían entre sí. Sus ojos color miel cayeron pata estudiar su piel pálida; ahora sus venas se notaban fácilmente y se hinchaban debajo su carne cada vez que se movían. Los ojos YeonJun bajaron, enfocándose en el brazo que estaba unido a la mano que sostenía.

Estudió la pequeña aguja que estaba alojada en el antebrazo de BeomGyu, observó el tubo delgado que estaba conectado a este y lo siguió hasta ña bolsa de líquido intravenoso que colgaba sobre su cabeza.

Lo que quedaba de la sonrisa de YeonJun se desvaneció.

Desde el último ataque de pánico de BeomGyu, de repente se le hizo más difícil controlar sus palabras, movimientos y acciones por completo. Una tarea tan fácil como tragar ahora también era un problema para BeomGyu, y después de muchos intentos fallidos de mantener baja su comida, o de conseguir que se bajara, las enfermeras descubrieron que sería mejor si BeomGyu recibiera alimento solo de otra manera posible, y eso fue a través de un tubo.

A lo largo de los seis días, YeonJun descubrió que las únicas cosas que BeomGyu podía tragar eran pequeños bocadillos, como uvas, cubitos de hielo y Pockys con sabor a fresa. Aparte de esas cosas, BeomGyu encontró casi imposible soportar cualquier otra cosa. Su única opción era acostarse allí y aceptar lo que fuera que el líquido IV tuviera para ofrecerle.

Mirando hacia BeomGyu, se sintió aliviado al ver que todavía tenía su atención en la ventana. En algún momento mientras YeonJun se estaba espaciando, la manta azul que rodeaba a BeomGyu había sido levantada justo debajo de su barbilla, con solo su brazo colgando para sostener la mano de YeonJun. La respiración de BeomGyu era tranquila, y su mano nunca permanecía inmóvil durante mucho tiempo. Se sacudía de vez en cuando, y cada vez que lo hacía, YeonJun la apretaba ligeramente en respuesta. Esa era su comunicación táctica.

Era la forma en que YeonJun le había saber a BeomGyu que todo estaría bien, y eso siempre lo consolaría, sin importar la situación en la que se encontraran.

A ambos les resultó más fácil creer en esa mentira que aceptar la verdad de lo que estaba por venir.