Visitante Indeseado

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El zorro llamado Wei Wuxian, siguió visitando el lugar del dragón para poder comer de la fruta que crecía en aquellos árboles, sin embargo ahora era todavía más descarado que antes, llegaba a cualquier hora del día a comer, como si no le importara que fuera de alquien más, el cual siempre que lo veía le recordaba lo mal que era robar, pero el zorro solo reía y mirando a aquel refinado dragón decía.

-Dejame comer, tienes mucho para ti solo, no te dejaré pobre -Meneaba su cola lentamente, con una mirada divertida en su rostro, se encontraba sentado en una de las gruesas ramas de aquel árbol, viendo a aquel dragón desde ahí, lo cual, para él era divertido.

-No ha pedido permiso

-Oh oh, es cierto -Se terminó de comer el melocotón y miró hacia el suelo en donde no había nadie.- Querido dragón ¿me deja tomar de sus agradables frutas para poder saciar mi hambre? -Rápidamente bajó del árbol y miró donde antes estaba.- Oh claro que sí, es muy importante que sacies tu hambre para que no te comas a ningún otro animal del bosque -rápidamente volvió a subir al árbol mirando donde estaba antes- oh muchas gracias amable dragón. -Dijo riendo y tomando otra fruta empezando a comerla.

-Que inmaduro -dijo el dragón dando un suspiro pesado viendolo, no podía creer que su jardín empezará a ser invadido por este desagradable ser de personalidad traviesa e inmadura, que solo pensaba en comer.

-¿Inmaduro? ¿Que es eso? -Inclinó su cabeza un poco hacia un lado mientras sus orejas se movían por la curiosidad de la palabra.

-Alguien que es grande y actua como un niño -Su voz sonaba un tanto decepcionada y molesta.

-Oh, así que ahora soy inmaduro -Se acomodó de otra manera en aquel árbol, su cuerpo guindaba de este mientras que sus piernas eran las que lo sostenían, dejando que su cuerpo cayera hacia abajo, miró al dragón el cuál se mantenía serio mientras lo veía, rió suave y en un movimiento rápido le quitó la cinta de su frente haciéndo que el dragón se exhaltara, y tratara de quitarsela, pero el astuto zorro logró rehincorporar su cuerpo en el árbol impidiéndole agarrarla.

-Es una cinta muy bonita -decía mientras la acariciaba y miraba detenidamente.

-Devuelvala -replicó el de ojos dorados viendolo con un ceño fruncido y un gesto molesto.

-Uhm, incluso tiene nubes en ella, y tiene colores bonitos, la mía es solo de color rojo, y desde que recuerdo la tengo en mi oreja, dime, ¿tu siempre la has tenido? -dijo guiando su mirada a él nuevamente, sin embargo, se quedó estático al ver como este dragón brincaba al lado suyo llegando fácilmente a la rama en la que él estaba haciendola temblar un poco, miró al zorro aun con su gesto serio dando un pasó hacía él.

-Devuelvame esa cinta

-Oye oye, tampoco hay que exagerar -dijo subiendo sus pies a la rama y haciéndose hacía atrás, pero esta era más delgada en ese lugar, y por el peso de ambos una parte de esta se rompió dejando caer al ladrón al suelo escuchandose una queja de su parte, el dragón por otro lado, solo veía con decepción a aquel ser en el suelo, pensar que alguna vez lo vió como las respuestas a sus preguntas, le decepcionaba enormemente, ya que este era únicamente un tonto e inmaduro zorro.

Se tiró del árbol y antes de caer con fuerza una oleada de aire lo sostuvo para que sus pies se posaran con suavidad sobre el suelo, Wuxian quien ya se había rehincorporado y acariciaba su parte trasera por el golpe, sintió aquella oleada de viento notando como el dragón era dejado suavemente por este en el suelo, sorprendido miró al dragón, él no tenía poderes y veía ese como uno, lo único que él podía hacer era transformarse en un zorro y listo, era su mayor poder, pero el dragón parecía ser más interesante de lo que creía.

-¿Puedes controlar el aire? -Quiso saber luego de ver aquello, el dragón el cual aún no se sabía su nombre, lo miró con aquellos fríos ojos dorados dando unos pasos hacía él, esto provocó que Wuxian retrocediera ya que esos ojos de verdad desprendían amenaza.- O-oye ¿que pasó? ¿P-por qué t-tan amenazante? -El dragón seguía dando pasos hacia él y el ojinegro solo se limitaba a retroceder, sin embargo, su espalda chocó contra un árbol haciéndo que tragara nervioso, antes de que el dragón lo acorralara por completo se posó detrás del árbol aferrándose un poco a este y asomándose para poder ver al ojidorado.

-La cinta...

-¿La... Cinta? ¡Oh si! La cinta si si -acercó su brazo a él teniendo la cinta en su mano, aún se mantenía detrás de aquel árbol según para estar protegido de aquel ser.- Aquí está.

El dragón tomó esta de su mano y dio un suspiro pesado, tomandola entre ambas manos la volvió a poner en su frente y la ató detrás de su cabeza ajustandola, la acomodó un poco y miró de nuevo a aquel chico, el cual sonrio aún detras del arbol, el ojidorado dio una vuelta y caminó a su casa, deseando que Wuxian se fuera de ahí, pero solo escuchó como este bufaba y luego empezaba a seguirlo, lo que hizo que frunciera un poco su ceño, se detuvo escuchando como los pasos detras de él tambien se detenían, miró atras viendo como el zorro le sonreía mientras estaba a una cierta distancía, sus escamas parecían estremecerse por lo molesto que empezaba a estar.

-Oye, no me has dicho tu nombre -preguntó mientras lo veía manteniéndose a una distancia prudente de él, el ojidorado lo miraba con frialdad para luego dar una vuelta e irse de nuevo directo a casa, el zorro bufo y decidió seguir sus pasos.

Wuxian no sabía su nombre, y aunque no lo demostraba demasiado tambien le causaba curiosidad el hecho de por qué solo ellos dos eran de esa forma, y por que los demás animales no, pero el dragón sin nombre parecía de pocas palabras y se veía con muy pocas ganas de hablar, al llegar a la cabaña el dragón entró a casa y cerró la puerta en la cara del zorro el cual dió pasos hacía atrás al ver esto, sus labios se hicieron hacía adelante haciendo un puchero y toco la puerta la cual claramente no fue abierta para él.

-¡Oye! Puedo ser descarado pero tu eres muy irrespetuoso ¿sabes? -No hubo respuesta, bufó un poco molesto y luego dio una vuelta para alejarse de la casa, tomó algunos melocotones y decidió irse de ahí.

Ya se sabía el camino de memoria, y aunque a veces solía perderse, el mismo bosque parecía guiarlo, y no como su primera vez en ir ahí, que parecía solo dar vueltas en circulos, mientras iba comiendo veía a pequeños conejos brincar entre los arbustos, de él también solían huir, pues no todo el tiempo se veía a un zorro con un cuerpo parecido al de los humanos, y también de él creaban tontos rumores, a los animales del bosque parecía gustarles decir mentiras sobre otros, aunque también esa parecía ser su forma de protegerse a si mismos, para que nadie se acercara a esos seres peligrosos de los que hablaban.

Su piel y cola se erizaron al sentir una ventisca fría pasar por él, indicaba que pronto empezaría invierno, para él era una época terrible, aparte de tener que buscar con que cubrise más el frío, tenía que esconderse de los cazadores que en invierno eran más comunes, solía hacerles cosas o bromas para ahuyentarlos, y varias veces se vio amenazado por estos pero lograba escapar, y cada vez que los cazadores iban al bosque era en busca de ese travieso zorro que les arruinaba sus planes, seguramente en el pueblo donde vivían, él era un gran trofeo que todos querían obtener.

Caminó a una cueva en donde él dormía, era un poco pequeña y solo podía entrar en su forma de zorro, al hacerlo su ropa caía al suelo así que la recogía y se abrigaba con esta, su cueva varias veces se vió amenazada por otras especies, en especial en invierno, que todos buscan un refugio cálido donde cuidar de sus crías o donde poder soportar el frío solos, como él, por un momento pensó en aquel dragón, y un pequeño bufido salió de él, pensar en que aquel ser estaría muy cálido entre aquella casa, sin embargo, solo suspiró con cierta pesadez «yo me lo busqué ¿no es así espíritus?»

En ese bosque de vez en cuando, se lograban ver pequeñas luces, las cuales se movían o te guiaban a algun lugar, a los cuales Wuxian nombró espíritus pues realmente no se sabía exactamente que eran, de todos modos, parecían pequeñas flamas de luz que se movían con total libertad, estas eran de colores celestes y algunas de color rojo, sus colores eran suaves y agradables, de vez en cuando salían en la noche y alumbraban el bosque, hacía algún tiempo Wuxian había visto como estos se paraban sobre pequeñas flores y las hacían florecer con hermosos colores, desde allí empezó a creer que eran espíritus y que eran los que cuidaban el bosque, y tal vez los responsables de que él y aquel dragón fuera seres diferentes a los demás...

Continuará...

𝐿𝑎𝑑𝑟𝑜́𝑛 𝐷𝑒 𝑀𝑒𝑙𝑜𝑐𝑜𝑡𝑜́𝑛 ||𝑊𝑎𝑛𝑔𝑋𝑖𝑎𝑛|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora