Tormenta

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-¡Lan Zhan!... -Una voz animada habló, lo escuchó llamarlo con alegría, la conocía a la perfección, varias veces había dicho su nombre de esa manera, de repente, empezó a escuchar que lo llamaba cada vez más, hasta que al final, se escuchó un sollozo junto a su nombre.

-Lan Zhan -Era el llanto de un niño, era uno preocupado y sumamente triste, no reconocía aquella voz, nunca había visto a un niño en su vida, más que a si mismo, abrió sus ojos de repente notando como la luz entraba por las ventanas, parecía que habían algunos rayos de sol que calentaban levemente la mañana.

Se sentó apartando un poco la sábana llevando su mano a su rostro el cual restregó ligeramente, en aquel sueño, claramente era la voz de su nuevo compañero, pero ¿quién era el niño? ¿De quién era esa voz?, por más que pensó y trató de recordar, era inútil, no había nada y sentía que algo faltaba en su cabeza, algo importante había desaparecido de ahí; se levantó para hacer su rutina de cada mañana, al salir y tomar una fruta pensó en aquel zorro, de verdad ya llevaba días sin volver, y le preocupaba que algo malo le hubiera pasado, jamás pensó en preocuparse por alguien de esa forma, pero ahora parecía ser parte de su día a día, tomando dos de las frutas salió de casa, quería buscarlo, verlo y saber que estaba bien.

En el camino apenas se veían unos pocos animales, nadie saldría con tanta nieve llenando el lugar, solo los animales más altos eran los que lograban salir con un poco de comodidad, los que habían que eran algún que otro venado corrían cuando lo veían, ya estaba acostumbrado a eso, a que huyeran de él, pero de todos modos, su cabeza estaba ocupada en otra cosa. Caminaba tratando de concentrar su olfato y buscar a Wuxian, mientras veía a su alrededor así como también los árboles y sus ramas, pero no había señal alguna de aquel travieso zorro, lo cual, lo preocupaba aún más, tomó una de las frutas comiendosela mientras caminaba, sin embargo, y aunque la otra era para el de cabello negro, no pudo evitar no comérsela, no lo había encontrado y no podía llevar todo el rato una fruta en su mano.

Siguió caminando y buscando, hasta encontrar una cueva, esta era de un tamaño promedio, pero su cuerpo era imposible que entrara en ese lugar, se agachó un poco para buscar y ver si había algún indicio, pero no fue así, estaba vacia a la vez que empezaba a ser llenada por la nieve, dio un suspiro ligeramente pesado y frustrado al aún no haberlo encontrado, incluso estaba apunto de rendirse.

Siguió su camino buscando un poco más, hasta que a lo lejos escuchó unos pasos, iba a ir para verificar si era él, sin embargo, los pasos fueron aumentando, eran pasos fuertes como de una persona, o en este caso varias, lo que hizo que se escondiera detrás de un árbol de tal solo escuchar eso, si eran humanos, ellos no podían verlo, sería peligroso si supieran que clase de seres vivían en aquel bosque. Se mantuvo detrás de un árbol esperando que aquellos humanos se fueran, pero al estar ahí ocultó empezó a escucharlos, hablaban de algo y parecían un tanto molestos, trató de agudizar más su oído concentrarse en el tema de conversación de aquellos hombres, hasta lograr escuchar.

-Ese maldito zorro, debe de estar planeando como jodernos la vida -replicó uno con molestia mientras seguían caminando, estos llevaban unos arcos y otros llevaban cuchillos, Lan Zhan escuchó sobre lo que decían de un zorro y el único en el que pudo pensar, era justamente a quien buscaba.

-No te frustres, sabes que ya tenemos un plan para eso, pronto, tendremos a ese zorro en nuestras manos

-Podemos usar su piel para algo, es un zorro bastante grande, puede alcanzar para algo grande también

-Es verdad, pero primero concentrémonos en atraparlo, o no tendremos ni ropa ni zorro

Los hombres iban riendo y hablando de aquel animal, WangJi quien seguía oculto solo sintió pesadez de escuchar que querían acabar con la vida del único ser que consideraba su amigo, dio un suspiro un tanto pesado y vio hacia uno de los árboles, y luego a sus espaldas, vio huellas suyas en la nieve, si los humanos las veían, las iban a seguir sin lugar a dudas, por lo que tuvo una idea, se aferró a uno de los árboles y subió a este llegando a una de sus ramas, ya en ese lugar, empezó a andar devolviendose y siguiendo sus propios pasos, hacía que una ventisca sutil de viento removiera la nieve y borrará sus pasos, los cuales, eran parecidos a los de un humano.

Estaba tal vez a mitad de camino cuando sintió un viento extremadamente frío que lo hizo temblar, vio hacía el cielo y luego subió a la copa de uno de los árboles, vio hacía la dirección de donde venía el viento, y para su sorpresa, a la lejanía se empezaba a ver nublado, sin embargo, no era neblina, era una tormenta, y gracias a su buena visión incluso había podido ver cómo los árboles eran azotados y la nieve caía de manera agresiva, dio un suspiro pesado y se bajó de ahí andando a casa, si se quedaba fuera en medio de la tormenta, no sabía realmente que podía pasar, pero al ver aquella tormenta, de nuevo el zorro invadió su mente, pidió en silencio a los espíritus que lo protegieran, Wuxian aunque era de un tamaño más grande de un zorro normal, no dejaba de ser pequeño, si una tormenta lo alcanzaba le sería difícil trasladarse o incluso buscar algo de comer.

Seguía olfateando, escuchando y viendo a su alrededor, por si daba la casualidad de encontrarselo, pero ello solo eran deseos que no se cumplían, y debía aguantar la pesadez en su pecho. Al estar cerca de casa se bajó de los árboles con cuidado y camino a esta «¿Y si ya está ahí?» pensó por un momento lo que provocó que caminará más rápido, parecía ver un pequeño rayo de esperanza, pero fue en vano, él no estaba allí, de nuevo la decepción invadió su ser, y la ventisca fría se hizo presente, tomó algo de fruta y se apresuró en entrar, se sentó en la sábana que era suya viendo hacia la que había preparado para el menor, y yéndose en sus pensamientos se quedó dormido.

-¡Lan Zhan! -escuchó un grito preocupado, de nuevo, en su mundo onírico estaba aquella voz de aquel niño, que sonaba preocupada, todo estaba oscuro, solo podía escuchar- ¡Lan Zhan lo lamento! Lo lamento, ¡es mi culpa!

-¿Su culpa? -preguntó, sin embargo, no fue respondido, y al contrario unos golpes en la puerta de su casa lo despertaron de un solo golpe, estaba acostado, ya envuelto en la sábana, seguramente, lo había hecho sin darse cuenta, la temperatura estaba extremadamente baja, y el viento soplaba con fuerza contra su hogar, los árboles sonaban siendo golpeados con fuerza.

-¡¿Hola?! -escuchó un grito medio agudo provenir de fuera de su casa, y pensando que era el menor se levantó con rapidez y abrió, sin embargo, lo que ahí había era una liebre, la cual entró sin permiso a casa, parecía temblar llena de nieve «Que tontería, claramente esa no era su voz» se dijo a si mismo solo cerrando la puerta.

-¿Está bien? -preguntó viendo a la liebre temblar, si, una pregunta tonta, pero no era bueno socializando, ya que nunca lo hacía.

-Solo... Me muero de frío... Gr-gracias -respondió esta acercándose a una esquina tratando de calentarse, Lan Zhan se acercó a su "cama" y tomando la manta la acerco a liebre y la dejó allí.

-Puede usarla -dijo con amabilidad, la liebre sin decir nada solo se enrolló en aquella manta, esta estaba un tanto calida ya que el mayor había estado ahí, y con suerte podía hacerle algo de efecto en su pequeño cuerpo, Lan Zhan veía a liebre quien apenas podía moverse, y le resultó familiar, tenía una pequeña mancha café en una de sus orejas, y sentía que la había visto antes. -¿Le conozco?

-S-si... Usted... Me ha-habia preguntado... A-acerca de un zorro ¿re-recuerda? -WangJi al fin cayó en cuenta, era esa liebre, por eso le resultaba familiar, pero lo que aún no entendía, era que estaba haciendo ahí.

-¿Que hace aquí? Hay una tormenta afuera

-Lo noté, pero e-era urgente. -Al fin su cuerpo se empezó a calmar y se levantó un poco viendo hacia el dragón- se que usted no e-es un ser malo por e-eso tuve el va-valor de venir pero ¿ese zo-zorro es amigo su-suyo? Uno que t-tiene algo rojo en u-una oreja. -Al escuchar tal descripción se precipitó y asintió.

-Lo es ¿lo ha visto?

-Lo vi, pero está mal, la to-tormenta lo agarró, mientras corría a mi madriguera vi que parecía tener su pata metida en algo y no podía salir, creo que era una trampa de e-esas que ponen esos seres grandes como usted, y no sé qué más pasó pero... Si él no pudo salir de ahí

-¿Donde lo vió?

-No sé cómo decirle exactamente donde pe-pero fue cerca de mi madriguera, donde usted me encontró la vez anterior

El dragón no preguntó más y solo corrió fuera de casa, la liebre se quedó allí acurrucandose nuevamente en aquella manta, sin embargo, un rugido provenir de fuera y un fuerte aleteo de unas alas enormes la hicieron temblar, no pudo ver nada, pero con solo escuchar aquello, cualquier animal cerca, también temblaria y se ocultaria.

𝐿𝑎𝑑𝑟𝑜́𝑛 𝐷𝑒 𝑀𝑒𝑙𝑜𝑐𝑜𝑡𝑜́𝑛 ||𝑊𝑎𝑛𝑔𝑋𝑖𝑎𝑛|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora