Traición, dolor y amor (Reiner y tu)

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Igual de misteriosa

Narrador omnisciente:

La joven que milagrosamente salió de aquel bosque, yacía despierta recostada en la cama de la enfermería con el presente dolor de su brazo, pero con esfuerzo se levantó y fue a por su uniforme, no perdería su seguimiento en su entrenamiento, no le importaba el dolor, si eso la detiene no podrá con lo que está por vivir; salió de aquella cabaña sin ser vista, la mayoría debió de haberse duchado ya, después de limpiar su herida con delicadeza se cambió y formó parte del desayuno, cuando la vieron entrar, lo cual fue inevitable, muchos se sorprendieron, todos sabían que ella había llegado pero no creyeron que pudiera estar de pie.

Con rapidez la gente empezó a preguntarle sobre su estado, regalándola, que debía tomar reposo pero al ser tan terca solo intento relajar a sus compañeros cadetes y poder comer su desayuno sin tanto malestar, ella no tenía en cuenta que sus amigos fueran a reclamarle mientras comía, el quien no dijo nada fue su pareja quien sabiendo la terquedad de su actitud no la haría cambiar de idea, así que prefirió hacerle un favor a la castaña de ojos acaramelados..

-Chicos, es decisión de ella, quizás sufrió muchas heridas ayer pero piensen en qué harían ustedes en su lugar -les explicó Reiner-

-Yo si disfrutaría de unos días sin hacer nada y comer algo -decía la castaña sureña

-Igual yo, no veo por que el querer siempre hacer cosas -dijo con pesar Conny y tú solo rodeaste los ojos-

-Será por que ella tiene una meta -respondió el rubio alto -aparte con lo terca que es no cambiarán su actitud -lo mencionó más como susurro pero todos lograron escucharlo-

Ofendida, la chica volteó a ver al rubio con un ceño fruncido, la mayoría empezó a reír levemente y ella fulminó a ellos, haciendo que quedaran callados.

Los jóvenes terminaron de comer, dejando sus bandejas y salir del comedor, el sol estaba radiante, la mayoría sentía el calor abrazar su piel, el instructor salió, todos hicieron el saludo y él empezó a hablar..

-Cadetes! El día de ayer tuvimos un acontecimiento que, aún que no sucedió, pudimos haber recibido bajas, algunos de nosotros creíamos que una cadete en especial había fallecido, pero entre nosotros se encuentra ella, aquí, formando parte al igual que ustedes en esta formación, estoy diciendo esto no para crear un egocentrismo en ella sino que sientan lo verdaderamente patéticos que son, ser un cadete y querer formar parte de la legión es un suicidio, pero ella al regresar con vida, les demuestra que no lo es.. así que piensen, si ustedes hubieran estado en la posición que ella estuvo ayer.. ¿hubieran regresado? -Término por decir y empezó a dar las instrucciones para el día de hoy

...

El entrenamiento terminó después de tres horas bajo el sol, los cadetes fueron hacia su salón de clases correspondientes, la castaña de ojos acaramelados se sentó en su lugar.. no había dejado de pensar en las palabras del instructor, recordando cómo ella tenía la filosa espada en su garganta, la altura a la que se lanzó y el golpe que terminó por noquearla al caer del equipo de maniobras, ahora se preguntaba, como ella logró sobrevivir, como podía haber salido del bosque después de todo lo ocurrido, sintió sus pies descalzos tocando la húmeda tierra, el pedazo de cuchilla impregnando su brazo y el golpe en su cabeza al caer.. su vista se volvía agobiante, sintiendo las gotas húmedas de sudor correr su frente, alguien la llamó con preocupación