Liability

e x t r a

Un año con un par de días después

La lluvia cubría la mayor parte de las calles de Seúl, el transporte público estaba a su máxima capacidad y llegar a tu destino tenía al menos media hora de retraso.

Eran las 10:45 pm cuando Lee Minho apenas llegaba nuevamente a casa luego de un arduo día de trabajo y una pesada jornada escolar. Su espalda dolía, sus piernas también y no se diga de su cabeza, lo único que parecía tenerlo con los suficientes ánimos para no aventarse contra el próximo autobús que pasara por la calle era de que era viernes y eso significaba que podría desvelarse viendo aquella serie de la cual siempre olvidaba el nombre, pero sus amigos le habían recomendado tanto.

Cuando cerró la puerta de su departamento quitó sus zapatos y su gran saco del cual escurría pequeñas gotas de agua, corrió directo a su habitación dispuesto a tomar una ducha rápida y buscar unas prendas que lograrán calentar un poco su cuerpo, así que no lo pensó mucho y se escabulló a su cuarto de baño.

Varios minutos más tarde Minho salió de su habitación vistiendo un gran suéter color gris que llegaba un poco más allá de sus muslos, unos pantalones a cuadros de color negro, unos calcetines demasiado afelpados y una pequeña toalla sobre su cabeza para secar más rápido su cabello.

Apenas se dispuso a prender su televisión cuando su paz momentánea se vio perturbada por tres ligeros toquidos en su puerta, quiso fingir que ya no estaba disponible, pero la voz al otro lado lo hizo cambiar de opinión.

- Minho hyung, es Jisung.

Con pasos pesados se levantó de la comodidad de su sofá. - ¿De dónde viene tanta formalidad? - soltó con un bufido de por medio haciendo reír al contrario.

- No lo sé, supuse que mi novio estaría demasiado cansado y necesitaba que lo mimara.

- ¿Sabes? Creo que tu novio preferiría quedarse acostado en la comodidad de su sofá viendo televisión. - contestó burlón ganándose una mirada ofendida del chico frente a él.

- Eres malo, está bien me iré. - el menor hizo amago de irse, pero antes de siquiera dar un paso firme fue atrapado en un abrazo.

- Es mentira Jisung-ah, me gustaría mucho que me mimaras. - confesó con la mejillas sonrojadas el mayor, mas se encargó de esconder su rostro tras la espalda de Han. - Te he extrañado mucho, no te he visto en días.

- Hyung, apenas fueron dos. - respondió cariñosamente el castaño dándose media vuelta para poder ver a su chico. - No aguantas nada.

- ¡Claro que lo hago! ¿Quién fue el que  vino a tocar la puerta del otro? - argumentó esta vez ofendido Minho, pero no le duró mucho porque el menor se encargó de darle un pequeño beso en los labios.

Así como vino ese choque se fue, aún así, eso le sacó una sonrisa tonta a cada chico haciendo que sus ojos se iluminaran más de lo usual, por lo que Minho se hizo a un lado haciendo una invitación silenciosa para que el contrario pudiera pasar a su departamento.

Hace tan solo dos semanas los chicos habían comenzado a salir oficialmente, aquel día en donde Minho se quebró frente a Jisung parecía tan lejano, pero sin duda alguna había marcado un antes y un después dentro de sus vidas.

Para el mayor había sido como si todo este tiempo hubiera estado sumergido en agua y de la nada alguien lo sacara del fondo y sus pulmones se llenaran de aire repentinamente, debido a que en ningún momento le había contado a alguien acerca de lo que pensaba nisiquiera a sus amigos más cercanos, así que desde ese día se sinceró con cada persona que lo rodeaba recibiendo el apoyo que necesitaba desde un inicio.

Por otro lado, para Jisung había sido la primera vez en donde había dejado su ansiedad de lado para aventurarse más allá de su zona de confort, toda su vida se había basado en la monotonía, pero desde ese día dejó de callar a su corazón dejando que este comenzara a trabajar en sintonía con sus pensamientos demostrándose que la vida era más que pasar horas encerrado en su habitación jugando videojuegos o teniendo largas sesiones de estudio.

- ¿Quieres ver un rato televisión? - preguntó el azabache mientras se acurrucaba a un lado de su novio y escondía su cabeza en el cuello ajeno para deleitarse con el olor de la loción del castaño.

Jisung asintió y el mismo puso play a la primer película que apareció en la pantalla. No transcurrió ni media hora cuando el menor escuchó finamente unos pequeños ronquidos provenientes del chico recargado sobre su hombro, así que apagó el televisor y cargó con algo de esfuerzo al azabache con la intención de llevarlo en dirección a su habitación para dejarlo descansar.

A mitad del pasillo Minho se removió. - Peso mucho, no me cargues. - musitó somnoliento al mismo tiempo que contradecía sus palabras, pues había cruzado sus brazos detrás del cuello del castaños haciéndolo reír porque claramente no quería que lo soltara.

- Claro que no, para mi eres demasiado liviano. - respondió pateando ligeramente la puerta de la habitación del mayor para después recostarlo sobre la cama.

Jisung quiso despedirse para poder regresar a su propio departamento y dormir como era debido, sin embargo, antes de llevar a cabo cualquier movimiento Minho ya lo había jalado consigo.

- Duerme conmigo, por favor. - pidió el mayor abriendo sus ojos por completo, por lo que el corazón de Han fue débil y aceptó la petición.

Ambos chicos se arroparon entre las mantas mientras Minho se encargaba de abrazar a Jisung en lo que este le daba la espalda dejando que sus piernas se entrelazaran.

El cuarto apenas era iluminado por los falores que alumbraban la calle, aún así Minho podía ver el contorno del cuerpo ajeno con claridad sintiéndose demasiado afortunado de tenerlo a su lado. Si meses atrás le hubiera dicho que por primera vez amaría sin miedo ni ataduras se hubiera puesto a reír para después irse a llorar donde nadie lo viera.

Se sentía tan tranquilo y en paz que le sorprendía en demasía estar viviendo ese momento en carne propia, con sus antiguas parejas siempre estaba al tanto de lo que pudieran necesitar para que  con tan solo un llamado Minho estuviera al rescate, no le importaba la hora ni el lugar, él siempre estaría ahí para esa persona, por esa razón su corazón se quebraba cada vez que muchos chicos le decían que era demasiado para ellos haciéndolo sentir como una especie de carga demasiado linda y pesada, pero no lo suficiente como para que quisieran quedarse a su lado o tratar de cargarlo en pequeñas porciones, o bueno, eso pensaba hasta que conoció a Jisung, quien se encargó de entenderlo poco a poco, fue su hombro para llorar, fue el cimiento que necesitaba y se convirtió en la voz que lo hizo despertar de sus sueños lastimeros y plantearse en la realidad, se convirtió en el el chico al cual hace poco había entregado su corazón con la intención de que no volviera a ser regresado ni lastimado.

- Hyung, deberías dormir.

La voz del propio Jisung lo sacó de sus pensamientos dándose cuenta que el castaño lo estaba encarando, pero permanecía con los ojos cerrados.

- Ya lo sé, solamente estaba pensando. - susurró para no perturbar la noche silenciosa.

- ¿En mi?

- Puede ser. - dijo coquetamente pegándose más  al cuerpo contrario.

- ¿Sobre qué? - preguntó el menor alargando un bostezo sintiendo los cabellos de su novio darle cosquillas en su barbilla.

- Soy demasiado afortunado en haberte conocido, eres mi lugar seguro.

- Yo no soy tu lugar seguro, tu eres tú lugar seguro, yo solamente soy otro lugar al que le gusta compartir cosas  con el tuyo. - respondió muy seguro Jisung apesar de su voz adormilada.

- Eso tiene sentido para mi. - dijo conforme el azabache recargando su cabeza sobre el pecho del contrario. - Te quiero Jisung.

- Yo igual te quiero Minho, buenas noches.

- Buenas noches.

Y así, ambos chicos quedaron profundamente dormidos sabiendo que habían entrado a la vida del otro en el momento preciso.

Porque Lee Minho no era una carga y Han Jisung se lo había enseñado.