2. Es mia.

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Era un lugar ruidoso, lleno de luces, habían hombres muy elegantes sentados bebiendo.

Mujeres en cuartos bailando, mientras los hombres las miraban y ponían sus manos en ellas tocándolas mientras ella bailaban al ritmo de la música.

En otras esquinas habían mujeres llorando, mientras también habían meseras. Los hombres todos cargaban una pistola.

La mujer me jalo el brazo subiéndome al stage. Todos los hombres comenzaban a chiflar, mientras me llamaban nombres.

?: mamacita

?: ay chiquita tu eres para mi

?:esa si esta buena

?: cuanto por ella?

Sentía que mis ojos se llenaban de agua, sabía que iba a hacer vendida y que ya de a qui nadie me sacaba.

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Los precios subían y subían, pero de repente todo se fue callado, nadie dijo nada, nomas se escuchaba la música y los tacones de las mujeres.

?: señor Jean, por a qui por favor, ya le tenemos a una mujer lista.

J: esa de ahí la quiero.

Su dedo a punto a Darian, nadie decía nada, como si hubieran visto a al diablo entrar.

?: señor ya la de usted está lista en un cuarto.

Las manos de aquel hombre levantaron al mesero de sus pies.

J: te dije que yo quería a esa, entendió?

?: si señor.

El mesero camino hacia Darían, le dijo algo en la oreja de aquella mujer mientras a Darían se la llevaba.

?: bueno pues que pase la siguiente mujer.

Darian ahora estaba cara a cara con aquel hombre.

Era muy alto con pelo negro largo, tenía unas gafas negras, con un saco que llevaba puesto.

Si fuera de pensar cualquiera diría que es un empresario. Pero eso no era el caso.

J: eres muy bonita y más de cerca.

Dijo aquel hombre mientras le ponía el pelo a Darian atrás de su oreja, los ojos de Darían se llenaban de miedo de aquel hombre.

J: como se llama usted princesa?

D: D-Darian.

J: no me tengas miedo eres demasiado bonita para hacerte daño.

D: quien eres.

J: pronto lo averiguarás.

?: ey esa morra yo la quería, pinche perro me las pagas.

J: esta muñeca la quieres?

?: pues si

J: no porque ahora es mia.

Y así Jean saco la pistola dejándole ir un balazo en el pecho al hombre, tomó la mano de Darían y se fue.

Afuera llegaron a un coche negro, donde habían 2 guardias, uno de cada lado.

J: vámonos

Unos de los guardias se metió para prender el carro mientras el otro le abría la puerta a Jean para que entrara.

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Llegamos a una casa muy grande, yo no había hablado en todo el camino sentía miedo de lo que pasaba, quería nomas regresar a casa con mi familia.

El rey de la mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora