Capitulo 1

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Miro a mí alrededor y todo estaba oscuro pero a lo lejos se podía apreciar una luz, camino hacia allí y me encuentro en la cocina.
Cierto, estaba cocinando unas pastas, voy corriendo hacia la olla que deje prendida y me fijo en los fideos que por suerte le falta un poco de cocción.

-Hola hermosa- Se acerca a mí y me da un beso en la mejilla. Miro sus ojos oscuros, eran de color marron tan delicado que me quedé pérdida en ellos. Pero de repente todo se fue desvaneciendo, ya no estaba en la cocina, se torno todo oscuro, estaba afuera y el cielo con un tono violeta, había un viento que sacudía mí pelo tan fuerte que no me dejaba ver nada, siento una mano que me agarra y todo el viento que pegaba en mí cara ya se había ido, miro al frente y era él, con sus ojitos brillantes color miel.

- ¡No te voy a encontrar nunca!- Grito al viento esperando que mis palabras lleguen.

- Ya nos vamos a encontrar- Se acerca y me da un beso, mis labios sientieron una chispa de electricidad cuando tocaron los suyos.

Y abrí mis ojos, mí corazón estaba acelerado, y en mis labios se sentía cómo un hormigueo.
Todo había sido un sueño, pero se sintió tan real, rápidamente tocó mis labios y siento mis dedos fríos, nada a comparación de lo que sentí en el sueño.

Me levanto agitada y voy al baño, no siento que haya sido los típicos sueños de esos demonios sexuales que me chupan hasta el alma y me dejan sin energía.

En fin, es solo un sueño, y por suerte me hizo levantarme temprano porque siempre me quedo dormida, aprovecho el tiempo extra para poder desayunar, cosa que siempre hago a las apuradas.

Luego de cambiarme y desayunar, me siento en el sillón esperando a mí novio Ian ya que vamos a la misma universidad, llevamos tres años juntos, y es de esas personas que te hacen reír cuando estás mal, obvio toda relación tiene su lado malo, pero la mayoría son cosas lindas.

Escucho la bocina y salgo con mí mochila no sin antes despedir a mí hija perruna y decirle cuando la amo.

— Hola corazón— Me subo al auto y pongo mí cinturón.

— Hola bebé, ¿Cómo estás?— Le doy un beso.

— Bien, viniste abrigada, no?

— Si, me estaba muriendo de frío en mi casa.

Y realmente hacia mucho frío, mis manos estaban heladas que ni frotándolas podía calentarlas.

No hablamos más en todo el camino ya que decidimos poner música, y me quedé absorta en mis pensamientos con la música en el fondo y sin darme cuenta ya habíamos llegado y el auto ya estaba estacionado cerca de mí edificio.

— Chau amor, nos vemos luego, acordarte que está noche salgo con los chicos— Me pongo un poco triste ya que no salimos juntos hace bastante pero no importa cada uno hace la suya.

— Cierto, me habías dicho, bueno yo capaz organice para salir con Millie, después te cuento en qué quedamos para hacer—  Le doy un pico rápido y me bajo del auto y él acelera para ir a su edificio, que no queda muy lejos del mío, tal vez unas cuatro cuadras.

Camino por el pasto pisando las hojas de los árboles grandes que hay en el estacionamiento.
Me dirijo hacia la entrada del edificio, es una puerta gigante de vidrio con bordes de metal, la verdad que me encanta la fachada que tiene, es bastante moderno a comparación de otros, tiene ventanales de vidrio por todo el costado que dejan ver por dentro y dejan pasar la luz natural que lo vuelve un ambiente agradable para estudiar o por lo menos para despabilarte con la luz del sol.

En eso veo a Millie ella es mí mejor amiga, y recuerdo que tengo que preguntarle que vamos a hacer esta noche, espero que tenga ganas de salir, porque estos findes que pasaron no pude salir porque estaba enferma o tenía parciales, pero ahora estoy libre así que hay que aprovechar.
Ella me sonríe a lo lejos pero después veo que tiene cara de sorprendida y no entiendo nada, pero de pronto siento unos brazo que rodea todo mí cuerpo y me tiran al suelo.

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