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La cafetería de la escuela de Hawkins era un total alboroto en el receso. Murmullos, conversaciones y chismes iban por aquí y por allá, de boca en boca como si nunca tuvieran suficiente información, pero todo ruido fue silenciado por la chica pelirroja que irrumpió el lugar increpando a nada más y nada menos que Jason Carver, el basquetbolista rubio aclamado por su sequito de tontos, odiado por muchos.
- ¡Eres un jodido asqueroso, Jason Carver! -Grito la pecosa, llamando la atención de medio mundo.
Estaba roja de la rabia, casi del color de su cabello. La impulsividad corría por sus venas.
Se subió a las mesas sin importar que botaba las comidas de los demás al piso a medida que pasaba. Bella iba caminando por estas, apuntando a el rubio con el dedo hasta llegar a su mesa y pisarle el almuerzo, salpicándole en la cara sin pavor alguno.
Muchos gritaron "uhhh" asombrados por la audacia de la chica.
El rubio estaba serio, como si no le importara. Simplemente la miraba aburrido, aunque su semblante demostraba otra cosa; Jason temblaba de la rabia al estar siendo humillado en frente de toda la escuela.
-Ya. -Soltó él, restándole importancia.
Eso hizo que los nervios de la pelirroja explotaran. No podía creerlo. Todos miraban, expectantes a lo que iba a pasar. Ciertamente esto era lo más emocionante que pasaba en el día de muchos jóvenes.
- ¿"Ya"? -Repitió ella, totalmente incrédula.
-Ya. -Repitió Jason, burlesco, con una sonrisa formándose lentamente en su cara.
Bella Mayfield salto al suelo, dejando un ruido sordo a su paso hasta quedar en frente de Jason, el cual se levanto de su asiento, quedando ambos cara a cara, con una no tan notable diferencia de altura.
- ¿Crees que porque tienes una cara bonita y dinero puedes hacer lo que sé te de la puta gana? -Escupió, furiosa-. Ayer en la noche intentaste sobrepasarte conmigo, ¡maldito pervertido infiel! Chrissy merece más que una basura como tú.
La recién nombrada miraba todo, perpleja, en la silla que estaba justo al lado de la de Jason. Lagrimas se empezaban a asomar en sus bonitos ojos tras las palabras de Bella.
-Disculpa, pero, ¿Quién eres? -Pregunto el rubio con cinismo.
Bella no aguanto más, no podía creer lo idiota que era Jason, no podía creer que ella llego a pensar que podía ser su amiga. Tal idea ahora le repugnaba.
Así que sin pensarlo dos veces levantó su rodilla y la hundió en la parte donde sabía que más le dolía al rubio. Este soltó un grito de dolor, cayendo de rodillas ante ella y retorciéndose a sus pies. A su alrededor se oyeron jadeos y uno que otro insulto de los amigotes de Jason hacía Bella.
