La misión

111 7 10
                                    

─────❀◦❀◦❀─────

Eh intentado de todo, pero nada me sirve ahora, las batallas en vez de disminuir, aumentaban, pero mientras más enfrentamientos con galletas que intentan atravesar la torre y descubrir que sucede en su interior, más fuerte me vuelvo y más experiencia en batalla obtengo, también soy recompensada con las pertenencias que llevan consigo. Pocas galletas han peleado conmigo hasta la muerte, esas galletas son admirables ya que no solo se quedaron satisfechas con el primer golpe, su orgullo podía con ellos, saber que una galleta, los podía tumbar y golpear sin siquiera tener un arma a la mano, se sentían humillados, y querían demostrarme sus mediocres movimientos para intentar derrotarme, algunos de ellos suplicaban piedad al final de la batalla antes de morir, y se las otorgaba con ciertas condiciones.

Pero otros, otros de ellos sabían que morirían, pero aún seguían luchando por lo que ellos creyeran importante, todos tienen pasiones distintas, razones por las que luchar y dar sus vidas, cuando peleas por alguien o por algo, son las suficientes razones para seguir con vida, en especial cuando se trata de protección de alguien, las galletas pueden acumular una fuente inmensa de poder y voluntad, si lo enfocan por algo que es realmente importante para ellos, y a mí personalmente admiro ya que para mí aquella fuerza es la más pura de las galletas. Pero aun así... esa fuerza y voluntad nunca los podrá salvar de mí, si es que cometieron el gran error de lastimar a uno, tan solo a uno de los míos, los torturaría hasta que suplicaran por piedad, ya que ni siquiera merecerían el regalo de una muerte pacífica y sin dolor...

Llevo demasiado tiempo pegada aquí en mi asiento viendo papeles para darles a las bestias para que hagan sus tareas del día, sigo escribiendo y ordenando horarios, hasta que una de ellas llega con el café que había pedido –Disculpe por la demora mi Superiora, lamento la tardanza, debí haber llegado 2 minutos antes pero el agua se demoró en hervir y yo...- Kagura, era uno de los mayordomos, personalidad torpe y alegre, era un Cake Wolf de Chocolate con chispas de colores encima, es posible que se haya demorado porque le echo sal en vez de azúcar, pero antes de que termine de hablar. Jaku, el que estaba detrás de mí cepillando mi cabello con una delicadeza que lograba relajarme un poco, comenzó a regañar a Kagura por su demora – ¡Esas no son excusas para hacer esperar a nuestra superiora!, deberías ser más puntual obedeciendo las ordenes de nuestra creadora – Suspire con pesadez, para luego llevarme mi dedo índice a los labios y hacer una señal de silencio, ambos palidecieron y se quedaron mirándome esperando alguna que palabra saliera de mi boca para que sus corazones volvieran a latir.

-Gracias por el café Kagura, no te preocupes por la demora, solo fueron dos minutos... pero aun así deberías ser más puntual con lo que te ordeno, y tu Jaku, no me gusta que inicien discusiones en mi presencia y tampoco por cosas tan insignificantes como llegar 2 minutos tarde... pero solo quiero que sepas que aprecio de cierta forma tu punto de vista sobre la puntualidad –Ambos parecían avergonzados, y yo le un pequeño sorbo a mi café el cual seguía caliente- Pero bueno, Kagura ya no te quito más el tiempo de tus otras labores, puedes retirarte, y tu Jaku, me gustaría que peinaras mi cabello de la manera que siempre lo tengo por favor- Ambos asintieron, Kagura hizo una reverencia ante mí y luego se dio media vuelta para salir cerrando la puerta, mientras que Jaku comenzó a peinarme, cuando Jaku termino, pregunto si podría hacer algo más por mí y le dije que no y que también se podía retirar y cuando se fue me quede sola en el salón grande con mis papeles, cuando se fueron me relaje y todo el cansancio de semanas callo encima mío aplastando cada parte de mi alma y eso hizo que estampara mi cara contra el escritorio- Quiero un helado... -pasaron varios minutos mientras seguía recostada y de repente escucho pisadas- uh... que es ese sonido..?

Scarlett Velvet Sourdough... oh también conocida por, tener a las bestias galletas más atentas y competitivas de todo Earth bread. ¿Sabes que las bestias caninas tiene mejor oído y olfato que las galletas?, bueno, digamos que apenas ella dijo que quería un helado, doce de las bestias más cercanas a aquel cuarto donde estaba ella, literalmente salieron corriendo a traerle un helado, se escuchaban las pisadas apresuradas, mientras más se acercaban, más fuerte se escuchaban, pero se pararon en seco apenas se toparon con la puerta, y luego comenzaron a discutir por quien tocaba la puerta, y lo que escuchaba ella era murmullo sobre murmullo. Se quedó viendo la puerta por unos segundos esperando que se decidieran en quien tocaba la puerta, hasta que ella misma se levantó de su asiento, a abrirles la puerta, y cuando la abrió encontró a algunos jalándose de los pelos y otros señalándose mientras decían quién debía tocar la puerta, ¿y los helados?, estaban bien, pero apenas notaron a La Superiora, su actitud cambio repentinamente quedándose callados hasta que uno de la nada habla preguntándole si podrían pasar , y ella asintió y entro junto con ellos y se sentó mirándolos a cada uno.

Saving Our World «𝐂𝐑𝐊 𝐀𝐔»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora