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Capítulo 12| Pequeña familia

Si alguien le hubiera dicho a Jungkook que Hyunjin-el pequeño de ojitos angelicales- terminaría siendo más como un mini Jimin se hubiera reído en su cara completamente porque era imposible.

Pero quizá no era tan imposible ahora viendo al pequeño mini divo que se negaba a colocarse esas ropas que para su pequeña cabecita resultaban muy feas.

—Jinnie por favor, corazón—Rogó el omega acariciando las suaves mejillas bonitas de su hijo—Sólo necesito que te pongas este lindo trajecito.

—¡ Feo !—chilló Hyunjin negándose e intentando alejar las manos del ajeno de su pequeño cuerpo—¡ Mamaaá !

—Sook no está aquí, corazón.—Le recordó Jungkook. Su alfa los había dejado muy temprano en la mañana para irse a arreglar un asunto muy privado-palabras de la propia Sook- con su padre.

No fue una gran idea, los ojos parcialmente grandes del bebé brillaron y su labio inferior comenzó a temblar en señal de un próximo llanto. Más para sorpresa del mismo Jungkook su omega se encargó de todo, comenzando a soltar su suave aroma para tranquilizar al bebé lo cual resultó exitoso.

Entonces pudo respirar tranquilo, desde la ida en silencio sin la despedida de su madre Hyunjin despertó irritado y muy muy sensible; pese a que el pequeño puchero en su boca de punto se veía adorable, para Jungkook no era exactamente adorable tratar con un bebé llorón.

—Eso es cariño, duerme.—dejo un besito en su frente mientras veía caer dormido al nene entre sus brazos.—Te quiero tanto, llorón.

(...)

Para medio día, Hyunjin nuevamente estaba despierto al contrario que más temprano, tenía una actitud tranquila y llena de curiosidad mientras seguía al omega como perrito, sin dejarlo solo en ningún momento. A este punto Jungkook no sabía si era una bendición o maldición porque aunque amaba muchísimo al bebé, sí estaba siendo bastante molesto andar con cuidado para no pisar al niño que se metía entre sus piernas o que tomaba sus cosas sin importar si fueran peligrosas o no.

—Jin, si tocas el colorete se te pintaran las manos—El omega regañó con voz suave quitándole al pequeño de las manos tal objeto. Hyunjin volvió a pucherear, sólo que ahora molesto y cruzándose de brazos. Jungkook jadeó, eso fue demasiado Jimin.

Sospechoso.

—Ambe.

—Espera un momento, estoy guardando esto.—Dijo, su concentración está vez en el maquillaje que intentaba ordenar sin éxito por culpa de unas manitas curiosas.

—Ambeee.

—Jin, aguarda.

—¡Estoy en casa!

El cachorro pareció revivir nuevamente y Jungkook juró que podía agradecer a Dios. Por fin.

—¡ Mamá !—Sin esperar ningún segundo el bebé corrió con piernas tambaleantes hasta la alfa quien de inmediato lo tomo entre sus brazos y lo lleno de besos. Hyunjin reía encantado por la atención de su mamita.

—Aigoo, mi cachorrito.

Jungkook miraba ello desde su lugar, entre celoso y enternecido, sin embargo, no tuvo mucho tiempo para pensar cuando los labios de la alfa se colocaron contra los suyos en un beso desgarrador también acariciando su pancita y que de no ser por el gimoteo de su hijo hubiera seguido y seguido.

—Ve a bañarte, odio ese olor.

—Es el olor de mi padre—Aclaró la mujer, risueña.

—Uy, tantito peor.

La alfa sonrió dejando otro beso en su boca para después irse con Hyunjin en brazos. Jungkook soltó una carcajada al ver las manitos pintadas del bebé el la lujosa chaqueta blanca de su pareja, eso sería difícil de lavar.

Está era su pequeña familia.