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Capitulo 15| ¡ Noona !

Para ser bastante sincero a Jungkook jamás le interesó saber el sexo de su bebé puesto que no había muchas razones para que quisiera saber, los colores le daban muy igual fuera rosa o azul y ni se hable del color del cuarto o siquiera los juguetes, su cachorro podría jugar con cualquier cosa; muñecas, carritos, no era problema fuera hembra o macho.

Así como Hyunjin quien desde que llegó a tenido la completa libertad en vestir y jugar con lo que quiera, como los bonitos tutú que le obligó a su madre a comprar hace a penas unos días cuando luego de ver por accidente blackswan quedó enamorado de toda la temática de la película, más no importa, mientras el cachorro fuera feliz Sook lo consentiría con cualquier cosa. Cómo a él, porque es bien sabido que entre sus bebés consentidos Jungkook es el primero.

—Sook quiero ese sartén.—señaló, un día normal en Ikea mientras buscaban cosas lindas para el cuarto de su futuro bebé, su alfa al lado.

—Jungkook, amor, tú no cocinas.

—Entonces aprenderé a hacerlo.—Sook rodó los ojos, como si el más joven no hubiera comprado más sartenes con la misma excusa.

Jungkook es un comprador compulsivo, debe decirse.

—Mira Kook, lo necesitamos.—ahora le tocó señalar con emoción a Sook, una hamaca colgada, su obsesión—De verdad necesitamos está, siento que mi columna se reacomodo.

Sí, Sook no es una compradora inteligente.

—Levántate de ahí, pesada—gruñó el omega, amargado porque si él no podía tener su capricho nadie más tendría el derecho en la familia.

Excepto Hyunjin que ganaba todo lo que quisiera con sus bonitos ojos saltones.

Luego de varios minutos de pequeñas peleas entre comprar o no lo quisieran, Jungkook terminó por llevarse su querido sartén al igual que Sook con su hamaca, ambos felices, vidas felices. También terminaron todas sus compras con respecto al bebé, cuna, juguetes y algunas decoraciones, lo que fuera o pudieran necesitar seguramente ya estaba en su carrito de compra.

—Sabes, Noona—un agotado omega se colgó del brazo de su novia, acariciándose el abdomen—pudimos haber hecho todo esto por internet.

—Recuerdame de nuevo quién fue el necio que a fuerza quiso venir a la tienda—en un tono obvio la alfa sacudió el brazo del más joven del suyo, separándose. Kook jadeó, quien sabe si por cansancio o indignación, quizá un poco de ambos.

—¡ Sólo quería venir a ver !—chilló.

—Uhum.—fue ignorado cruelmente, Sook ya estaba más que acostumbrada al tono chillón de su mimado omega.

—¡ Noona !