t w e n t y t h r e e

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SeungMin rió sonoramente, volviendo a golpear a Chan en el pecho con sus puños sin fuerza, y sintiendo al peludo Berry subiéndose al sillón, para luego acomodarse entre las piernas de SeungMin, entremedio de los dos y alejándolos lo suficiente como para que sus pechos ya no se tocasen y pudiesen ver por completo los rostros contrarios.

El rostro de Chan, en ese mismo momento era algo que a SeungMin le maravillaba. La forma en que esos rulos caían por su frente, casi llegando a la altura de sus ojos, tan risueños y entrecerrados, brillantes, mirándoles con algo que SeungMin no supo nombrar, pero que le calentó el estómago de manera inexplicable y le puso sumamente nervioso encima de las piernas de Chan. Se encogió en su lugar, ocultándose un poco entre sus hombros antes de sonreir con timidez y dejar que sus manos viajaran hasta llegar a las de Chan. Pasó las yemas de sus dedos por las palmas contrarias, sintiendo pequeñas durezas—SeungMin intuyó que eran por la motocicleta y el hecho de que Chan no utilizaba guantes.

Bajando la mirada, presionó sus pulgares en aquellas zonas, masajeando las manos del mayor hasta terminar entrelazándolas suavemente, sintiendo pequeñas caricias de los dedos de Chan en el dorso de sus pequeñas manos.

Sintió a Berry removerse cuando se inclinó lo suficiente como para que Chan y él rozaran narices. SeungMin aspiró el pesado aire de Chan, tan varonil, su aliento a menta chocando en su rostro agradablemente.

Se estaba derritiendo nuevamente contra él.

—Minnie —susurró el mayor, intentando no romper la pequeña atmosfera amorosa que habían creado con tan solo unos roces—, te quiero.

SeungMin se descompuso, no era la primera vez que Chan le decía que le quería, pero seguía teniendo el mismo efecto de la primera vez. Su sistema y raciocinio dejaba de funcionar, y quería tanto apegarse al chico, quería tanto sostener aquel rostro entre sus manos y besarle hasta cansarle.

Chan era definitivamente el punto débil, el talón de aquiles, la fibra sensible de SeungMin, y eso de alguna forma le encantaba tanto que quería permanecer de esa forma cuanto pudiera.

SeungMin volvió a sonreir quedamente. —Yo tambien, Chan hyung.

Días después, SeungMin se encontraba bromeando con Chan sobre la barra de la cafetería, con solo una pareja dentro de esta misma que conversaba animadamente cerca de la puerta de entrada, ellos dos se encontraban en su propia burbuja cariñosa. Los dos llenos de pequeñas risillas, inclinados sobre la barra para estar uno más cerca del otro, con ambos pares de ojos admirándose con una ternura casi inquebrantable, y sus dedos jugueteando entre ellos, acariciándose, entrelazándose, dándose pequeños apretones cariñosos.

SeungMin tenía muchas cosas que decir al sentir la cercanía de Chan hacia su cuerpo, pero a la vez lo sentía tan innecesario, ya que con sus pequeños roces, gimoteos y sonrisas parecía entender a la perfección lo que le intentaba transmitir el pelirrubio, y esperaba que sucediera lo mismo de su parte.

Su estómago se encontraba tan cálido, una sensación tan agradable, tal como tomar un chocolate caliente cuando tienes frio en invierno, o arrimarse cerca de una chimenea cuando nevaba afuera.

Chan le hacía experimentar tantas cosas banales con su presencia, que cada día estaba más impresionado y curioso sobre lo nuevo que iba a sentir.

—¿S-SeungMin? —escuchó, y se despegó de su pequeña aura romántica junto a Chan, algo desconcertado, para girar su cabeza a la derecha y observar como EunBi tenía la mirada fija en ellos, con ojos abiertos, escaneándoles fijamente.

SeungMin enseguida quitó sus dedos de sobre los de Chan, lo más sutilmente posible, y se enderezó apretando sus labios entre si de la barra, mirando de reojo como Chan hacía lo mismo mientras miraba un punto muerto en el suelo.

Pero SeungMin notó como EunBi había puesto sus ojos en sus manos tomadas segundos antes de separarlas, y como sus ojos viajaron de él hacia Chan al enderezarse y separarse como si sus manos quemaran.

SeungMin tragó saliva, sintiendose algo temeroso al ver como la rubia no le quitaba los ojos de encima, tan oscuros que no sabía qué pensaba ella ahora mismo. —Hmnh... Hola EunBi, no sabía que habías llegado ya.

EunBi nuevamente viró sus ojos hacia Chan, quien no miraba hacia el frente, si no que vagaba en instagram ociosamente viendo videos de comida vegetariana.

—Si... acaba de empezar mi turno —habló, sin despegarse del pelirrubio.

SeungMin se rascó la nuca. —Y... ¿qué sucede?

—Nada.

Luego de aquello, y dándole una última mirads fugaz, EunBi se dió la media vuelta y se marchó hacia la cocina a paso veloz, dejándoles solos—metafóricamente—de nuevo, y con una sensación amarga en la garganta.

Ambos chicos se miraron al perder a EunBi de vista, SeungMin con las cejas algo fruncidas, sin entender mucho lo que había pasado y con un mal presentimiento, y Chan con una mueca de molestia y extrañeza que borró al sentir nuevamente la mano pequeña de SeungMin por sobre la suya.

Dios, ambos estaban algo jodidos.

Si ven que actualizo seguido esta adaptación es porque de verdad me gusta la trama y quiero que la vivan como yo lo hago ahre

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Si ven que actualizo seguido esta adaptación es porque de verdad me gusta la trama y quiero que la vivan como yo lo hago ahre

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030822

for me | chanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora